miércoles. 08.05.2024

La escala evolutiva o el Ciclo de las Manifestaciones

A lo largo de los artículos previos, Agustín Rivas ha ido viendo aspectos de los más variados temas, que pudieran ser independientes, pero que no lo son. Vamos a ver cómo se pueden relacionar
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A lo largo de todos estos artículos, hemos ido viendo aspectos de los más variados temas, que pudieran ser independientes, pero que no lo son. Vamos a ver cómo se pueden relacionar. En el universo todo está relacionado, tal y como se manifiesta en lo infinitamente pequeño, se manifiesta en lo infinitamente grande, haciendo válida aquella antigua enseñanza hermética que dice “Como es arriba es abajo”.

Pues bien, como decía antes, todo en el Universo está relacionado. Veamos un ejemplo: supongamos un estanque de agua en reposo en el que tiramos una piedra. Veremos que la superficie del agua se mueve. Pero por debajo sucede lo mismo, todas y cada una de las moléculas de agua que hay en el estanque se moverán buscando una nueva posición de equilibrio, pues ahora dentro del estanque también está la piedra. Ahí fuera, el Universo está también en una búsqueda constante de equilibrio.

Y bien, ¿cómo podemos relacionar todos estos temas que hemos visto, para que de un solo vistazo podamos situarlos de forma que nos permita tener una visión global de El Principio, La Mente, La Energía, La Vida Extraterrestre, El Cuerpo Energético…?

De una manera muy resumida, iré contando lo que a mí me han enseñado para poder ver y entender cuál es el camino que tenemos que recorrer desde que “un día” partimos del Creador, las “muchas” experiencias que hemos de pasar, para finalmente volver al Origen. Es el título del artículo de hoy La Escala Evolutiva o Ciclo de las Manifestaciones.

En cierta ocasión escuché a un amigo decir: “Dentro de cada ser humano, hay una fuerza, un impulso invisible que nos mueve a ir hacia adelante en busca de niveles más altos de perfección. Si supiéramos el lugar que ocupamos en el cosmos, nos ayudaría en nuestro caminar, pues sabríamos cuánto camino hemos recorrido y cuánto nos queda por recorrer. Teniendo muy presente que no se trata de llegar primero, se trata de llegar”.

Cuando el hombre trata de situarse en relación con su entorno normalmente toma sus referencias con respecto a familia, amigos, círculo social y laboral etc.

Su nivel cultural, económico, su personalidad y sus ideas políticas le hacen situarse, casi sin darse cuenta, en un lugar determinado, dentro del entorno social en que se mueve.

Si puedes saber el lugar que ocupas dentro de ese entorno, podrás saber el lugar desde el que has partido e igualmente a dónde aspiras a llegar.

Dentro de este entramado social en el que nos movemos, hay un factor que nos sitúa en un lado o en otro de forma bastante determinante. Son las creencias religiosas.

En tiempos modernos, la religión se ha definido como un conjunto de normas, reglas, enseñanzas, etc. con respecto a cumplir los mandatos de la divinidad. Pero en realidad la palabra religión viene de “religare” que significa volver a atar, volver a unir, volver a la Fuente, al Origen.

En nuestra sociedad actual de grandes contrastes, en el que un desenfrenado desarrollo tecnológico choca de frente con un fuerte inmovilismo en las creencias religiosas, el ser humano siente que ha perdido su marco de referencia con respecto al papel que, como tal ser humano, juega en este entramado cosmológico o camino evolutivo, que más que algo concreto y accesible, se ha convertido en algo lejano, oscuro y de difícil comprensión.

El ser humano, cuando se para a pensar, se debate entre dos corrientes: una mental que le impulsa a dejarse llevar por el creciente ritmo de vida y otra, la del corazón, que le impulsa a separarse de ese ritmo y dejarse llevar por los sentimientos.

Ese “amigo” que mencionaba antes, en más de una ocasión comentó: “TODO EN EL COSMOS EVOLUCIONA POR AUMENTO DE CONSCIENCIA”. No existen los cambios evolutivos bruscos. El ser humano se apoya en planos inferiores, y se inspira en planos superiores, pero nunca tan superiores como para no ser comprendidos.

Voy, pues, a tratar de describir esos planos de apoyo e inspiración de una manera sencilla y asequible pero que nos sirva para situarnos dentro del camino de la evolución.

Por favor, leedlo despacito, con detenimiento.

Todas las cosas que conocemos se manifiestan entre o en base a dos polaridades, blanco-negro, día-noche, positivo-negativo, más-menos, bueno-malo, masculino-femenino, etc. Pues con las manifestaciones de la Fuente o Creador o Dios sucede lo mismo, también se manifiesta así, con un polo positivo o Pensamiento Eterno de Creación y un polo negativo o Creación Manifestada. De la interacción de estas dos polaridades nace un “hijo” al que se le llama Universo Manifestado.

Este “hijo” contiene en sí mismo la esencia-substancia de ese Padre-Madre del cual procede y por consiguiente cada parte de ese cuerpo manifestado también la contiene. En el ADN de cada célula manifestada, está la esencia del Creador, sea visible o invisible y evidentemente el ser humano es una parte importante de ese ser vivo que es la Creación Manifestada.

Se puede decir que ese organismo vivo que llamamos Universo consta de 7 planos de existencia y cada uno de ellos se divide a su vez en 7 subplanos.( Otra vez el numero 7)

La evolución por tanto consiste en ir subiendo subplano a subplano a los largo de esos 7 planos de existencia. Lo que se logra a través del aumento de consciencia.

Podemos asignar a cada plano un número Del 1 al 7. Siendo el 1 el más alejado en vibración energética del Origen y el 7 el más cercano o de más alta vibración.

Esta división nos ayudará a que de un solo vistazo podamos identificar nuestra posición respecto a los demás y respecto al Cosmos.

Empezando el recorrido por el primer escalón, energéticamente el más alejado de la fuente, tenemos la PRIMERA DIMENSIÓN O DIMENSIÓN MINERAL. Aquí la energía se manifiesta en un grado muy bajo de vibración. Es lo que llamamos minerales o carentes de vida orgánica. En el 1.1 estarían los más densos y en el 1.7 los más sutiles. Es decir, desde los sólidos más pesados, pasando por los líquidos y llegando en el 1.6 y 1.7 a los gases.

En el siguiente escalón nos encontramos con la SEGUNDA DIMENSIÓN O DIMENSIÓN VEGETAL. Aquí aparece la vida orgánica, por lo que es sustancialmente diferente de la anterior dimensión. En el subplano 2.1 tendríamos líquenes, mohos y algas microscópicas, estas últimas responsables desde hace millones de años de la producción del oxigeno en el planeta.

A medida que vamos ascendiendo de subplanos, los vegetales son cada vez más complejos y más útiles para las dimensiones superiores. Por lo que en los subplanos cercanos a la tercera dimensión, nos encontramos con vegetales fundamentales en la alimentación de animales y personas, como son los cereales y plantas medicinales.

La TERCERA DIMENSIÓN O DIMENSIÓN ANIMAL. Aquí aparece un elemento fundamental en la evolución: el cerebro. En la dimensión vegetal no existe este órgano, pero sí tienen órganos muy sutiles que les hacen captar la energía del ambiente, el entorno, el trato que se le da, manifestándolo en forma de lozanía o decaimiento.

Hay que señalar que el cerebro no aparece hasta el 3.3 donde están aves, peces y reptiles. Encontrándose en el 3.1 los protozoos y seres unicelulares y en el 3.2 los insectos e invertebrados. En los subplanos superiores al 3.3, es decir 3.4, 3.5 y 3.6 tendremos mamíferos, y en el 3.7 primates, delfines y ballenas. Es decir, intelectualmente más cercanos y antecesores del ser humano. Aun cuando la “Naturaleza” eligiera una determinada raza de primates para el desarrollo del ser humano, dado el ambiente en que se movería.

CUARTA DIMENSIÓN O DIMENSIÓN HUMANA. En este peldaño nos encontramos con el ser humano, en sus diferentes subniveles. Tenemos los 4.1 o como los conoce la antropología, Pitecántropos. En el subplano 4.2 está el conocido como Homo Sapiens u hombre de Neandertal. Tanto el 4.1 como el 4.2 se centran en conocer y aprender su entorno y desarrollar habilidades para sobrevivir. En el 4.3 encontramos al hombre de Cromagnon u Homo Sapiens Sapiens, antepasado directo del hombre actual.

A partir de este punto ya no solo busca el desarrollo cerebral, ahora hay que mirar hacia afuera de uno mismo y la misión es crear sociedades armónicas para el hombre y para con el planeta.

En el subplano 4.4 el hombre está físicamente completo, su cerebro se ha desarrollado hasta utilizar un 25-30% de su capacidad intelectual y tiene facultades como la telepatía, clarividencia, pre-cognición… consideradas paranormales en el 4.3, que utiliza alrededor del 10% de su capacidad intelectual.

Asimismo, durante este subplano 4.4, el hombre dirige su búsqueda en el sentido de hacerse consciente del Universo que le rodea, de las manifestaciones de la materia y de la energía, de sus procesos mentales y de su esencia espiritual. Incorpora en sí mismo que materia y espíritu son una misma cosa o esencia, Dios.

Las civilizaciones de este nivel evolutivo desarrollan sociedades en las que no hay cabida a interferencias como el dinero, las guerras, las instituciones políticas o religiosas. Estas interferencias son las que impiden un paso rápido del 4.3 al 4.4.

Para ellos, el pensar es como un concepto casi espiritual, pues tienen el convencimiento de que a Dios no se llega por la fe, sino por el “conocimiento total” de todas sus manifestaciones.

En estas sociedades no tienen cabida los mitos y las leyendas. Lo que no entienden es objeto de un estudio más profundo, análisis e investigaciones que les permiten desarrollar hipótesis de trabajo razonables, que les hacen alejarse de comportamientos irracionales o “mágicos”.

Incorporan áreas cerebrales anteriormente casi desconocidas, como son el subconsciente y el inconsciente.

Para no hacer demasiado extenso el tema, seguiré el próximo día con el subplano 4.5 y siguientes.

Hasta otro día amigos.

Un abrazo.

Agustín.

La escala evolutiva o el Ciclo de las Manifestaciones