martes. 19.03.2024

La huella de Alba en Sierra de Gata (XI)

A finales del siglo XVIII, los habitantes de los nuestros pueblos serragatinos de Alba, se divierten comúnmente, en los días feriados,  con el tiro de palanca y el juego de cartas, gustándose, en estas fechas, de beber vino. Gastan, con ello, parte del su jornal que asciende, desde primero de marzo hasta final de septiembre, a cuatro reales y, en lo restante del año, a tres reales diarios

La huella de Alba en Sierra de Gata (XIV)

Los pueblos serragatinos de Alba, a finales del siglo XVIII, se gobernaban por las ordenanzas aprobadas anualmente por los Concejos, que antiguamente fueron confirmadas (1620) por el duque de Alba, marqués de Coria, sin tenerlas aprobadas por el Consejo Real y, aunque tiene muchos capítulos, los más no están en observancia y otros si (1791)

La huella de Alba en Sierra de Gata (VIII)

Dos vecinos de Acebo, lugar éste de los duques de Alba, marqueses de Coria, tuvieron protagonismo en la Cárcel Real de Coria. Andrés Lázaro como arquitecto, y Juan Rodríguez de Haro y Trejo, (hijodalgo notorio), como preso. Ambos coincidieron en el tiempo

La huella de Alba en Sierra de Gata (IX)

Durante la segunda mitad y final del siglo XVIII, se mantendría, anclada en el tiempo, una dependencia medieval con los duques de Alba, marqueses de Coria. Nada se movía, en cada uno de los tres pueblos serragatinos, sin la atenta mirada del señor a través de su autoridad delegada.  

La huella de Alba en Sierra de Gata (IX)

Durante la segunda mitad y final del siglo XVIII, se mantendría, anclada en el tiempo, una dependencia medieval con los duques de Alba, marqueses de Coria. Nada se movía, en cada uno de los tres pueblos serragatinos, sin la atenta mirada del señor a través de su autoridad delegada.  

La huella de Alba en Sierra de Gata (XII)

La responsabilidad sobre el funcionamiento del Concejo local, en las Tierras de Coria, y la operatividad en la resolución de problemas recaía sobre las autoridades locales. Estos responsables municipales eran previamente propuestos al máximo órgano asambleario, que los elegía por votación o asentimiento directo, y posteriormente eran refrendados por el poder delegado del corregidor de Coria, que provenía directamente del duque de Alba, marqué de Coria

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MONOGRÁFICO DE JULIÁN PUERTO RODRÍGUEZ

La huella de Alba en Sierra de Gata (XVI)

A mediados del siglo XVIII (1753) ocupó el oficio de corregidor de la ciudad de Coria y su partido el licenciado don Pablo José Salgado, abogado de los Reales Consejos. En 1791, el poder delegado de la Villa y Tierra de Coria (1787-1792) quedó en manos del corregidor Diego Moreno Avendaño, que fue también corregidor de  Rueda del Almirante (León), villa y señorío del ducado de Alba

ACEBO. Capital del encaje de bolillos ( y XXI)

Finalizo este colección de artículos con el párrafo que realmente dio píe a esta pequeña investigación: “Acebo puede considerarse como la cuna y capitalidad de los encajes de bolillos. Antiguamente se llevaban a Castilla, pero hoy (1973) los acebanos se encargan de presentarlos por toda la geografía española e incluso por el extranjero” (1). No se puede pedir más

ACEBO. Capital del encaje de bolillos (XIII)

Es el mes de marzo de 1915, todavía en Acebo los arroyuelos de agua bajan corriendo por el centro de las calles, luciendo las tonalidades que le da el color tinto de la maquila que se desprende de los molinos aceiteros. Por esos tiempos, tiene este pueblo ocho lagares del famoso aceite de Sierra de Gata, que se exporta a Castilla y Portugal por arrieros de ambos puntos. Es este uno de los momentos que los arrieros castellanos y portugueses aprovechan para llevar el encaje de bolillos, no sólo a sus puntos de origen, sino también cumpliendo los encargos del camino