viernes. 26.04.2024

En un ir y venir de flores, la exposición de la artista Soledad Blanco, fue inaugurada oficialmente el pasado viernes en la Casa Toril de Moraleja y podrá visitarse hasta el próximo día 30.

La autora madrileña afincada en sierra de Gata desde hace cuatro años, expone veintiuna obras en arte floral. Semillas, hojas, cortezas y pétalos se entrelazan en jarrones o trampantojos que nos provocan el abandono sobre sus aguas.

La composición, como le gusta resaltar a la autora, va cambiando con el paso del tiempo, se transforma y crea así una “obra que evoluciona, que no es estática”.

El material utilizado por Soledad Blanco procede de los campos y dehesas serranos. Este año, el mostrador tiene poco género y a la autora lamenta utilizar las pocas flores que la primavera está sembrando. Ella, no obstante, guarda abundante material previamente prensado y puesto a secar durante días sobre las superficies apropiadas. Soledad escoge entonces entre los pétalos y las hojas, las semillas y las cortezas y comienza “a componer hasta lograr la armonía de texturas, colores y formas”. Para ella una diferencia entre el arte floral y el óleo o la cerámica es que su material “es estacional, cambia y depende de las estaciones de las que toma el color”. Su proceso de creación “puede durar un instante o varios días, igual que ocurre en la creación literaria, en la poesía”, declara y “siempre estoy a expensas de lo que ofrezca la naturaleza”. Sus obras reposan sobre tela o papel vegetal. Ahora quiere comenzar a “introducir óleo e incluir en mis cuadros aves o insectos”.

Soledad Blanco crea con flores secas desde los veinte años pero no fue hasta el verano de 2011 cuando decidió “apostar definitivamente por mi pasión”. A los trabajos por encargo que ya tenía añadió la participación en mercados artesanales y medievales de calidad que se celebran a lo largo del año en la sierra. Sus primeras ventas a clientes desconocidos la animó definitivamente a tomar la senda de la creación. “Por un lado --declara Soledad-- me vi obligada por la necesidad económica; no encontraba trabajo ni dentro ni fuera de la sierra y, cuando ya pensaba ampliar mi círculo de búsqueda, en Villasbuenas se organizó un mercado medieval. Me animé a poner un puesto y ¡vendí mis primeros trabajos!”. En aquella ocasión a la autora le “dolió desprenderme de ciertos cuadros que me habían acompañado a lo largo de mi vida, que han venido conmigo en mis mudanzas”. Los cuadros comparten tablón y borriquetas con imanes florales, marcapáginas y cajas decoradas.

Y en aquel mercadillo comenzó el sueño a convertirse en realidad. De estas primeras ventas en Villasbuenas pasó a la sala de exposición de Caminomorisco en Navidad. De ahí viajó hasta la sala hoyana de exposiciones temporales Extrem’arte en febrero y ahora en marzo cierra el mes en la Casa Toril de Moraleja.

En Semana Santa su obra podrá verse en Villasbuenas --donde la artista está preparando una exposición combinada entre el restaurante Estilo y la sala de exposiciones de la casa de la cultura--. En Semana Santa podrá verse en Villasbuenas --donde la artista está preparando una exposición combinada entre el restaurante Estilo y la sala de exposiciones de la casa de la cultura--. Desde el 21 de abril y hasta el 21 de mayo, Soledad Blanco expondrá en la Cárcel Real de Coria.  En verano regresará a la sierra para exponer en agosto en Torre de Don Miguel y cerrar el circuito en septiembre en la localidad de Calzadilla en el valle del Alagón. 

La artista Soledad Blanco inaugura oficialmente su exposición en la Casa Toril