Por los alrededores circumpolares del cielo de la Sierra
“Erictonio fue el primero // Que se atrevió a unir cuatro caballos a un carro // Y alzarse vencedor por su velocidad sobre sus ruedas”.
(“Geórgicas”, 3ª, Virgilio)
En los meses que llevamos viajando juntos, hemos visitado 33 constelaciones. Prácticamente todas las importantes. Pero hasta que nuestro recorrido anual termine, llegado abril, veremos unas 20 más, aunque no sean tan famosas. Por lo que hemos aprendido en este tiempo, muchas de las 88 en que está dividido el firmamento quedarán siempre por debajo de nuestro horizonte y no podremos verlas en ningún día del año. A ellas no iremos. Los artículos que irán apareciendo serán, lógicamente, al igual que nuestros viajes, más breves, pero tendremos al final un conocimiento bastante completo del cielo de nuestra Sierra.
Erictonio, de complicada etimología (“lana” o “pugna” y “tierra”), como corresponde a su extraño nacimiento (en el mundo de los dioses griegos, ya se sabe, si las cosas pueden ser difíciles, por qué van a ser fáciles),fue llamado después “el que lleva las riendas”, y era hijo de Vulcano y Minerva (en realidad, de Gaía, la Tierra). Se hizo famoso porque, cojo como su padre, inventó la cuadriga para trasladarse velozmente. Su representación es una antiquísima constelación que atraviesa la Vía Láctea, cercana a Perseo y Tauro, con un látigo en una de sus manos, una cabra sobre su hombro contrario y dos crías en el brazo, a las que se conoce como…¡LOS NIÑOS!. Hoy figura por el nombre romano de EL AURIGA (“el Cochero”). Se puede localizar relativamente bien porque posee la 3ª estrella más brillante del hemisferio norte, que es también la 6ª de todo el firmamento: CAPELLA (“la cabra pequeña”), de magnitud 0,08. Los griegos la identificaban con la cabra Amalthea, nodriza de Zeus, y es visible para nosotros a alguna hora a lo largo de todo el año. A su izquierda (según la colocación que tenga en ese momento la constelación, naturalmente) está MENKALINAN (del árabe “hombro del cochero”). LOS NIÑOS, debajo de Capella, no son fácilmente visibles a simple vista, pero con ella forman un grupo que tenía mala reputación entre los marineros del Mediterráneo, pues su aparición en los atardeceres de octubre presagiaba el tiempo de las tormentas y el final de la navegación.
Y ahora, por contraste, dos constelaciones modernas.
Entre la Osa Mayor y el Auriga había demasiado espacio y esto llevó, a finales del siglo XVII, a Johannes
Hoy, 11 de enero, alrededor de las 10 de la noche, levantando mucho la mirada (casi 4 palmos), Capella está entre Guijo de Coria y Calzadilla. Por debajo, pero un poco más hacia Guijo, Menkalinan. Para el resto, ¡suerte y buena vista!