viernes. 26.04.2024

Labores de cultivo y mantenimiento del huerto (III)

Podemos decir que existen unas series de labores y técnicas de mantenimiento del huerto muy variadas. Puede ser un buen pasatiempo, algo muy entretenido pero que debemos experimentar nosotros mismo y valorar el esfuerzo y resultado obtenido. Siempre es bueno observar a nuestro vecino y aprender de su experiencia pero, ciertamente, si practicamos bien estas técnicas, la producción de nuestro huerto puede ser muy satisfactoria

La horticultura de autoconsumo es una actividad muy rentable y productiva, pero requiere dedicarle muchas atenciones y tiempo aunque, a su vez, se puede buscar en ello ocio y disfrute al poder deleitarnos comiendo eso que nosotros hemos cultivado.

Una vez realizado los semilleros y hecho el trasplante nos encontramos con una planta pequeña y delicada que hay que mimar para que no muera. A pesar de ello, en los primeros 15 días suele haber bajas, técnicamente llamadas “marras”, por lo que es conveniente tener algunas plantas encamadas (un grupo de plantas enterradas y bien regadas en un lugar fresco) para reponer los espacios vacíos.

Las labores que requieren estas hortalizas son muy parecidas pero dependiendo de las especies que tengamos plantadas se realizarán en distintos momento del cultivo. Estas son:

- La escarda o eliminación de las malas hierbas *(sachar, moñicar,...) es una labor común a todas y a realizar con cierta frecuencia.

El mantenimiento del suelo del huerto dependerá del tiempo de que dispongamos y de la superficie disponible para el mismo. Si el huerto es pequeño y tenemos suficiente tiempo, la escarda debe ser manual y constante. Cada vez que regamos o que llueva, germinan cientos de semillas por metro cuadrado que son las que conviene eliminar cuando alcanzan 1 ó 2 centímetros, es decir cada 10 ó 12 días durante los meses de mayo y junio.

Esta labor se puede aminorar utilizando acolchado, es decir, colocar una barrera en la superficie del suelo para evitar que las semillas germinadas de las malas hierbas sean viables. Podemos utilizar material vegetal o sintético.

El material vegetal puede ser de paja o de pasto seco. Si disponemos de pasto segado cerca del huerto es lo mejor, ya que la paja de cereales es cara y escasa. Si se hace un acolchado de pasto o heno puede dejar semillas, corriendo el riesgo de introducir plantas muy invasoras como son la coniza, el estramonio, la grama o la junciana entre otras por lo que hay que tener mucho cuidado para evitarlas. La paja de cereales, sin embargo, no suele llevar semillas. También podemos utilizar plástico en pequeñas superficies, sobre todo si disponemos de riego por goteo y poco tiempo.

El acolchado evita el exceso de evaporación y mantiene más tiempo la humedad. Los suelos arenosos sin protección deben regarse cada 3 días y si éstos tienen acolchado será cada 4 ó 5 días, según la temperatura. Es un detalle a tener en cuenta para regar menos durante los veranos tan tórridos que vivimos en Extremadura.

- El aporcado **(acojombrado) es otra labor importante que consiste en amontonar la tierra en la base de la planta. 

En patatas y boniatos se debe realizar dos veces. La primera cuando tiene 10 centímetros la planta para protegerla del frío y la segunda a los 20 o 30 días para incrementar la formación de tubérculos.

En tomates, pimientos y berenjenas porque favorece la formación de raíces adventicias.

En apios, puerros y cardos la haremos para blanquear la parte comestible.

En la cebolla porque favorece la formación del bulbo. Se realiza cuando la planta tiene 25 o 20 centímetros.

- El entutorado consiste en colocar un tutor para dirigir y sostener la planta. Esto se hace para aprovechar mejor el espacio y el suelo, para aumentar la producción y también mejorar la calidad. Puede utilizarse diversos materiales como caña común y de bambú, palos, tarmas de jaras, cuerdas y mallas de plástico.

Los tutores se utilizan para el enrame de las judías, guisantes, tomates y pimientos. En cultivos protegidos (invernaderos) también se entutoran los calabacines, pepinos, melones y berenjenas. Los tutores deben colocarse nada más plantar o cuando nace la plantita para evitar romperla o que se deforme.

- El guiado es una labor que va seguida al entutorado. Debe realizarse en los primeros estadios de crecimiento. La planta se dirige a la vez que se van atando, si es necesario. 

Las plantas que tienen zarcillos o sustancias adherentes como judías verdes o pepinos, por ejemplo, no necesitan atado pero si el resto de las hortalizas.

- Blanqueo. Con esto queremos evitar la formación de clorofila en determinados órganos para conseguir mayor ternura y mejor sabor (queda blanquecino). Se realiza mediante un atado o también un tapado con plástico negro o con maceta en escarolas y lechugas. Se debe tener la precaución de que no estén mojadas y vigilarlas también en verano, las temperaturas muy altas y el exceso de humedad pudren las hojas de estas hortalizas.

-Podas y pinzamientos. Son labores cada día más usadas. Se busca con ello eliminar tallos secundarios, hojas y ramas con el objetivo de dar una forma determinada a la planta.

El tomate quizás sea la especie que más requiere este tipo de operaciones. Si formamos el tomate con un tutor y uno o dos ejes, debemos eliminar todos los brotes laterales, operación que se realiza cada 12 ó 15 días. Si la tomatera es de crecimiento indeterminado, y queremos limitar su altura, podemos despuntar el ápice de crecimiento para favorecer las ramas laterales a una determinada altura ( a través de internet podemos visualizar esta operación, en caso de dudas).

De manera similar se realizan estas operaciones al pimiento y la berenjena. En cultivos protegidos es obligatorio, ya que las plantas alcanzan una altura tal, que necesita un tutor y formarla en uno o dos ejes.

La poda del melón es también tradicional. Se hace para aumentar la precocidad y el tamaño de los melones ( recomiendo visionar vídeos en internet).

- El riego. La importancia de esta labor supondría por si sola un capítulo aparte pero lo intentaremos sintetizar.

El sistema de riego a utilizar debe ser el que mejor se adapte a nuestras necesidades que no sea muy caro y a la vez práctico.

En la mayoría de los huertos tradicionales se utiliza el riego por gravedad o por surco, siempre que dispongamos de suficiente agua.

El ver y escuchar correr el agua en pleno verano es un placer para nuestros sentidos que podemos intensificar si lo hacemos descalzos. Como lo es también el entrar en el huerto al alba y respirar el olor a humedad sintiendo el frescor que ofrece la tierra con el rocío. Esto es algo que apreciamos mucho las personas que disfrutamos del campo y ...dicen que es bueno para la salud.

Se está generalizando un sistema intermedio de riego que consiste en utilizar mangueras de polietileno con agujeros en cada surco para distribuir el agua poco a poco.

El sistema de riego por goteo  es el más utilizado en todos los cultivos profesionales, tanto al aire libre como protegidos. Para montar este sistema de riego necesitaremos: un programador, un reductor de presión, filtros, conducciones de diferentes diámetros, portagoteros, goteros y ...a regar.

Las ventajas que nos aporta este sistema son: el ahorro de agua, el control de la frecuencia de riego, la fertirrigación (abono disuelto en agua) y también importante es el podernos ausentar un tiempo al tener programado el riego, aunque conviene que algún buen vecino nos lo controle.

Todas las hortalizas de primavera-verano son exigentes en agua, incluso en otoños secos también deben de regarse. Los efectos de la falta de agua son visibles: plantas pequeñas, estrés hídrico es igual a frutos escasos y poca producción.

Frecuencia de riego. No todas las hortalizas requieren la misma frecuencia de riego. Veamos algunas:

La patata temprana no necesita riego en todo el ciclo, salvo que tengamos una primavera muy seca. Sin embargo la de media estación de abril a julio necesita algunos riegos en la última fase de formación del tubérculo. Este tipo de patata no debe regarse 20 ó 25 días previos a la recolección.

El tomate y el pimiento son plantas sensibles tanto a la escasez como al exceso de agua; una vez que se ha dado el primer riego de plantación, y como máximo un segundo, es tradicional dejar un tiempo sin regar, para que las raíces profundicen y forzar así a las plantas a florecer. Una vez que la planta empieza a cuajar, los riegos deben ser frecuentes y regulares. El exceso de agua en el pimiento y en el tomate puede provocar pudrición de la raíz y con ello la asfixia y muerte de la planta.

Las coles, berzas, col de Bruselas o lombardas, requieren menos frecuencia de riego que las solanáceas como tomates y pimientos.

Las lechugas deben regarse muy frecuentemente, tanto en primavera como en otoño porque las altas temperaturas pueden provocar la subida prematura de la flor. En general, casi todas las hortalizas, pueden regarse simultáneamente durante todo el verano.

También se pueden cultivar algunas hortalizas sin riego, en determinados tipos de suelos, profundos y con gran capacidad de retención de agua. Es tradicional cultivar melón y sandía de secano, por cierto, muy dulces.

Como resumen, podemos decir que existen unas series de labores y técnicas de mantenimiento del huerto muy variadas. Puede ser un buen pasatiempo, algo muy entretenido pero que debemos experimentar nosotros mismo y valorar el esfuerzo y resultado obtenido. Siempre es bueno observar a nuestro vecino y aprender de su experiencia pero, ciertamente, si practicamos bien estas técnicas, la producción de nuestro huerto puede ser muy satisfactoria.

En el próximo capítulo hablaremos de fisiopatías, accidentes, control de plagas y enfermedades y un poco de bibliografía.

* Términos usado en Moraleja y Torre de Don Miguel.

** Término utilizado en lenguaje tradicional en Torre de Don Miguel, y en 1513 por Alonso Herrera en el tratado sobre Agricultura.

Labores de cultivo y mantenimiento del huerto (III)