sábado. 20.04.2024

Hasta el próximo día 13 de octubre seguirá en vigor la temporada de peligro alto de incendio. Desde que fue declarada hasta el día 1 de septiembre las localidades de Santibáñez el Alto, Valverde del Fresno, Villamiel, Villanueva de la Sierra,  San Martín y Cilleros, entre otras, han sufrido con mayor o menor virulencia los efectos del fuego. Lo llamativo es que presuntamente todos ellos han sido provocados y aún hoy no ha sido detenido ningún sospechoso

Si todos fueron devastadores a su paso, los ocurridos en Valverde del Fresno --la noche del 4 de agosto- y de Santibáñez el Alto --la noche del 23 de agosto-- han sido especialmente dramáticos porque en ambos casos la vida, al menos, de 74 niños en la primera localidad y de un pueblo entero, en el segundo caso, se vio amenazada por las llamas. La situación requirió elevar el nivel a dos en la alerta por riesgo directo de la población. En el incendio declarado el pasado día 16 de agosto en  Villamiel, el nivel declarado fue el 1 y en el resto de incendios no han sido necesarias tomar estas medidas y la intervención de los retenes serranos de tierra y aire han dominado la situación.

El incendio de Santibáñez el Alto ha saltado a las páginas de la prensa nacional. La Ume, la Unidad Militar de Emergenias, regresó un año después a la tierra donde falleció su compañero Alberto Guisado, la primera víctima militar de la unidad fallecida en el incendio que en 2012 arrasó más de 700 hectáreas serranas.

La noche del 23 de agosto de 2013, Santibáñez el Alto actuó como un solo hombre frente al asedio de las llamas. El incendio comenzó en la cara este de la montaña y ascendió por las laderas de robles y matorral hasta lamer las murallas de San Juan de Máscoras. Quienes lo vivieron afirman que los robles y la muralla  del Castillo salvaron al pueblo de una tragedia mayor. Y tras la barreras de bosques y murallas, los vecinos de Santibáñez, hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, con una única voz, evitaron una catástrofe mayor, incalculable.

Junto a ellos, unidades de la Ume que regresaban a Sevilla y Torrejón de Ardoz, en Madrid, el domingo alrededor de las tres de la tarde tras haber apagado un fuego que atemorizó a la población y a la sierra durante  más de 48 horas. Y antes que la UME, después de la UME y codo con codo con la UME, los equipos de aire y tierra del Infoex, los retenes luchando cuerpo a cuerpo contra las llamas que finalmente enseñaron sus dientes sarnosos a los santibañejos después de meses de amenazas y enfrentamientos por los pastos y la dehesa. “Dehesa abierta o verano negro”, más de media docena de incendios, --con información exclusiva sobre varios de ellos y el origen de los enfrentamientos por la dehesa en su digital-- habían precedido a este último. Ahora la policía judicial investiga los hechos sin que hasta el momento se conozcan novedades.

212 hectáreas de robles, matorral y pasto quemadas, animales, corrales abrasados, casas, ojos y pulmones ahumados, tiznados.

Una noche de pánico, un pueblo organizado, unos profesionales en sus puestos, atentos, preparados, eficaces, imprescindibles,

www.sierradegatadigital.es publica para ustedes una carta escrita por un santibañejo que prefiere mantener el anonimato. La carta “Crónica de un incendio” ha sido remitida a esta redacción por una amiga de Sierra de Gata Digital en Facebook. Muchas gracias al autor, a la mensajera, a los equipos profesionales y voluntarios que han participado en la extinción del incendio de Santibáñez el Alto. Y gracias, sobre todo, al pueblo de Santibáñez que  se ha defendido unido.

Santibáñez el Alto y Valverde del Fresno sufren los grandes incendios de agosto