sábado. 04.05.2024

Cada año se repite el mismo ritual. Primero, ya en el mes de julio, los grandes centros comerciales empiezan sus campañas de reserva de libros prometiéndonos ventajas de todo tipo si somos previsores: descuentos máximos, vales para futuras compras, pago fraccionado sin intereses... Unas semanas después, ya a finales de agosto, entidades de todo tipo empiezan una escalada progresiva de previsión de gasto, gasto que siempre es superior al del curso anterior y que se presenta como un momento casi apocalíptico para las familias. Pero, ¿es tan fiero el león como lo pintan?

Con el “paquete básico” de vuelta al cole, es decir, los libros, el material y el uniforme, podríamos afirmar que empezar el curso costará unos 450 euros (130 los libros, 80 el material y 240 el uniforme completo, con zapatos y chándal incluidos). Pero esa cantidad inicial puede ser mayor si necesitamos servicios accesorios, como comedor, transporte o actividades extraescolares, o menor, y mucho, si seguimos algunos consejos básicos.

Los libros

En Extremadura sigue funcionando el sistema de préstamo y, además, este año se han presupuestado siete millones de euros para becas directas que favorecerán a unas 70.000 familias que cumplen los requisitos de renta para ser becados. Incluso en esta convocatoria hay una novedad importante, pues las familias numerosas, con independencia de su nivel de renta, pueden acceder a estas ayudas que, como todos los años, se solicitaron durante el pasado mes de mayo.

Otra opción, todavía por explotar, es la compra de material de segunda mano. Evidentemente, habrá libros que no podamos reutilizar por tener cuadernillos, pero cada vez es más frecuente que padres de alumnos que terminan un curso pongan en venta los libros para recuperar parte de su precio. Así lo pone de manifiesto un reciente estudio del portal segundamano.com, que afirma que existen casi 30.000 libros de primaria, ESO y bachillerato en su catálogo, con un precio que suele ser un 50% inferior al de un libro nuevo.

El material

En los primeros días de clase, nuestros hijos nos entregarán una lista casi interminable con el mate-rial escolar que necesitarán durante el curso. Nuestro primer impulso será acercarnos a la primera papelería que encontremos a comprarlo todo para tenerlo listo, pero no conviene precipitarse.

Lo primero que debemos hacer es examinar el material que nos pudo haber sobrado del curso pasado. Si tuvimos que comprar, por ejemplo, una libreta en el mes de mayo, es perfectamente posible reutilizarla para empezar las clases; lo mismo sucede con rotuladores, lápices, bolígrafos... Para ello, debimos ser previsores y guardar todo aquello que estaba a medio uso cuando terminó el curso; si no lo hicimos, ya tenemos tarea para el próximo mes de junio.

Por otra parte, conviene comparar precios entre distintos establecimientos, pues las diferencias pueden ser muy notables. El año pasado publicamos en estas mismas páginas un informe en el que comparábamos los precios de determinados elementos comunes en las listas de material escolar en comercios asiáticos y papelerías tradicionales, y la diferencia a favor de estas últimas es espectacular, llegando hasta el 66% en una regla de 30 centímetros o al 54% en una libreta sencilla de 80 páginas.

También es importante tener mucho ojo con las ofertas de las grandes superficies pues, si bien  suelen anunciar algunas interesantes, están normalmente asociadas a la compra de una determinada cantidad de, por ejemplo, bolígrafos, lo que puede llevarnos a adquirir más de lo que necesitamos.

Por último, fíjese en las marcas que compra. Aunque es relativamente frecuente que el colegio de nuestros hijos nos indique que no compremos el material en las tiendas de “Todo a 1 euro” por su baja calidad, tampoco es necesario invertir en productos de marca que, en ocasiones, no justifican el sobreprecio que pagamos. En este sentido, es importante ir concienciando a nuestros hijos de la necesidad de ser críticos con la publicidad y, por mucho que les guste la mochila o el estuche de su personaje de dibujos animados preferido, no hacer esfuerzos innecesarios si no podemos permitírnoslo. 

El uniforme

Vestir a nuestros hijos es uno de los mayores gastos que tendremos que afrontar. Lo primero que debemos hacer para ahorrar es comprobar el estado en el que se encuentra la ropa que utilizó al final del curso anterior. La temperatura y el tiempo de mayo y junio pueden ser muy parecidos al del comienzo de curso, por lo que es probable que pueda utilizar esa misma ropa. Si, en cambio, tenemos que comprar ropa nueva y dudamos entre dos tallas, debemos elegir siempre la mayor. Es posible que ahora le quede algo grande, pero nos aseguraremos que podrá utilizarla la próxima primavera.

Igualmente, podemos aprovechar los packs, ofertas y descuentos que realizan muchos establecimientos, sobre todo en calcetines o ropa interior. Es perfectamente posible que haya establecimientos en los que todavía podamos encontrar rebajas en ropa de verano que podemos aprovechar para el principio del curso o, si nos planificamos bien, incluso para el final.

Un aspecto que nos ha llamado poderosamente la atención es la diferencia que existe entre colegios públicos y concertados en nuestra Comunidad, pues en varios de estos últimos se exige llevar uniforme todos los días; y no sólo eso, sino que debe ser el uniforme “oficial”.

La obligatoriedad de usar uniforme, a nuestro juicio, no está justificada. No hay que olvidar que los centros concertados se sostienen en gran parte con fondos públicos y que la educación obligatoria es gratuita en nuestro país. Evidentemente, si optamos por matricular a nuestro hijo en un centro privado, debemos atenernos a sus normas. Pero en un concertado, que pagamos con nuestros impuestos y que, en ocasiones, no elegimos, sino que nos “toca” según nuestra zona de residencia, exigir un gasto como la compra de uniforme no parece razonable. No obstante, hemos cursado una consulta a las autoridades educativas extremeñas para que certifiquen si nuestra impresión es ajustada a derecho o no.

Lo que sí parece desproporcionado es exigir que el uniforme sea el “oficial”, fundamentalmente por el sobrecoste que supone. Por ejemplo, en unos grandes almacenes de Badajoz, el paquete con dos polos básicos de uniforme tiene un precio de 12,95 euros; el “oficial” de un colegio de la capital pacense que obliga a llevar su uniforme, 21,95, es decir, que cada polo oficial equivale a tres básicos.

Ahorrar es posible

Es posible ahorrar, y mucho, en el coste del curso escolar. Reutilizar material y ropa del curso anterior, planificar y diversificar compras, buscar familiares o amigos que nos puedan prestar uniforme o libros, solicitar becas de comedor, transporte, libros... son muchos los recursos a nuestra disposición para que la cuesta de septiembre no sea excesivamente dura.

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Ahorrar en la vuelta al cole