.Crecen los casos de la llamada coloquialmente suplantación de identidad en Internet. En realidad se trata del uso de datos personales de un tercero sin su consentimiento, con el objetivo de hacer daño, acosar, extorsionar etc. y dependiendo de ello estaremos hablando o no de un delito. Robo de identidad de un tercero, aparentando provenir de entidades bancarias por ejemplo, cuyo fin principal es el de obtener datos confidenciales que probablemente se utilizaran para cometer algún tipo de fraude. Delitos contra la imagen, calumnias o injurias suelen ser los más habituales y frecuentes en Redes Sociales.
En la mayoría de ellos se utiliza el factor humano, ya que es el mismo usuario el que proporciona datos privados que posteriormente se utilizaran contra él mismo.
La información personal que tan alegremente proporcionamos a través de las redes sociales, puede dar mucho de sí a la vez que puede plantearnos problemas personales o profesionales en un futuro. En éste orden de cosas es imprescindible, aprender a gestionar la información que los demás tienen de nosotros, porque de ello van a depender muchas cosas como por ejemplo la reputación online. Lo que otras personas piensen de nosotros, bien como particular o como empresa, como decíamos anteriormente, puede tener efectos perjudiciales que a día de hoy son imprevisibles y pueden perjudicar las relaciones personales o laborales.
La identidad digital se va configurando día a día con todas las imágenes, textos, datos personales, que se generan y comparten online, con un alcance casi ilimitado, no desaparecen a menos que se ejerzan los derechos ARCO - acceso rectificación cancelación u oposición – y no siempre podemos lograrlo.
El pasado año se gestionaron más de 65.000 solicitudes de derecho al olvido, de las que se han eliminado un 36%, de la información editada, el resto entran en conflicto con la libertad de expresión o el derecho a la información. Las empresas de “presencia online personal” se encargan de recabar toda esa información personal que circula por la Red y analizar la reputación tanto de empresas como de particulares. Que nos conozcan, presten atención online requiere las mismas precauciones que fuera de la Red.
Como en el resto del ámbito del consumo, es posible presentar una reclamación, pero no siempre será favorable al reclamante, bien porque no se pueda cuantificar el daño, o porque éste no se haya producido por que la legislación vigente no lo contempla. Como por ejemplo, cuando no se utiliza información personal, aunque se registre la foto de una tercera persona, en un perfil falso, no se considera delito. Sin embargo el daño personal puede ser considerable.
En este caso lo primero es dirigirse a la página web y denunciar el caso exigiendo la cancelación de los datos y a la Agencia Española de Protección de Datos si consideramos que la respuesta no es satisfactoria.
Si la cosa pasa a mayores, haremos bien en guardar los mensajes recibidos y captura de pantallas y dirigirse al Grupo de Delitos Informáticos de la Guardia Civil.
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