Las comuniones en cifras

El sentido religioso de recibir la comunión se ha convertido en algo secundario en muchos hogares. Lo importante ya no es la espiritualidad de este acto, sino que nuestro hijo vaya guapo, impecable y que deslumbre al resto de comulgantes e invitados.

Normalmente lo que se elige con más cuidado es el traje del niño o niña, en el que se pueden encontrar gran variedad de modelos y, por tanto, de precios. 

Según el último informe elaborado por la Unión de Consumidores de Extremadura, si lo que se pretende es que la niña se sienta princesa por un día, lo más adecuado será elegir un vestido de organdí, que puede costar entre 195 y 690 euros (diferencia de precio del 70%); aunque quizá lo más recomendable sea optar por un vestido de calle, que la niña podrá usar más veces, encontrándolos desde 110 euros. Además del vestido, la niña necesitará una serie de complementos como una diadema (entre 18 y 155 euros) o un bolsito que costará entre los 43 y 35 euros, y unos zapatos (entre los 36 y 140 euros de media). Todo ello puede alcanzar el montante final de casi 1.500 euros si se por la opción más cara, o no superar los 425 euros si eligen la más económica. 

En el caso de los niños, continúa el informe de la UCEX, la ropa será menos costosa para nuestro bolsillo, ya que si optamos por el traje de almirante, gastaremos entre 190 y 430 euros, lo que supone un ahorro importante con respecto al vestido de organdí. Ahora bien, si prefiere un traje que el niño pueda aprovechar para ponérselo en otras ocasiones, puede optar por un traje de chaqueta que oscila entre los 120 y 195 euros, aunque le tendrá que añadir una corbata o pajarita u otro tipo de complementos como tirantes o cinturón. En este caso la opción más cara superaría los 730 euros, mientras que la más económica no llegaría a los 365 euros. 

Después de equipar a sus hijos con los trajes y vestidos tradicionales de tan señalado día, necesitará hacerse con los complementos ineludibles para que no le falte ni un solo detalle en esta celebración. Primero, y aunque no sea absolutamente necesario, se suele estrenar ropa interior de los comulgantes, que nos costará una media de 16,99 euros. Los guantes blancos, que serán imprescindibles aunque el tiempo no acompañe para ir tan abrigado, podemos encontrarlos desde 8 euros, aunque unos guantes de calidad media nos costarán unos 17 euros.  Pero con eso no es suficiente. Los abuelos o los padrinos son quienes, normalmente, corren con los gastos de la medalla o la cruz, complementos en los que se gastarán aproximadamente 81 euros. 

En cuanto al banquete, lo más interesante desde el punto de vista económico sería preparar unos aperitivos en casa para la familia. Pero hoy en día, y a pesar de la crisis, son muchos quienes optan por celebrarlo “a lo grande”, y unos simples canapés nos les basta. Por este motivo, se suele recurrir a encargar un banquete en un restaurante (hay muchos especializados en bodas y comuniones). 

A la hora de concretar el banquete podemos encontrar todo tipo de precios. Normalmente, lo que se hace es negociar con el gerente del restaurante y elegir un precio de menú; incluso hay muchos locales en los que, por un precio determinado, ofrecen distintos tipos de menús, según los gustos de los comensales. Así, nos podemos encontrar menús de casi 70,00 euros por persona (lo que supondría que el banquete de 30 invitados que estamos preparando nos costaría 2.100,00 euros), hasta un menú mucho más sencillo de unos 25,00 euros por persona. Hay que decir que los menús ya vienen montados, y que estos incluyen unos entrantes, un primero, un segundo, postre, y las bebidas (refrescos, agua, vino o cerveza) en el precio final. El decantarse por un menú o por otro nos puede llevar a ahorrarnos mucho dinero: todo dependerá de nuestras posibilidades y de la importancia que le demos al banquete.

Otro aspecto a valorar en la elección del restaurante es saber si existe la posibilidad de encargar un menú especial para niños, que suelen incluir platos menos elaborados que los demás, y que normalmente son preferidos por los más pequeños, como croquetas, empanadillas o calamares. Estos menús infantiles, ofrecidos por la mayoría de los establecimientos, suelen costar unos 15 euros.

 Para inmortalizar la celebración, lo más habitual es que la propia iglesia encargue a un fotógrafo que haga un reportaje a todos los niños que ese día celebran su comunión, y que después se dividan los gastos entre todos, encargando cada familia tantas copias como desee. No obstante, la gran mayoría regalará un recuerdo fotográfico que nos costará entre 6 y 2,5 euros por unidad, a lo que habrá que sumar el coste del álbum  fotográfico que hacemos de recuerdo. En nuestro caso, será sencillo, de unas 30 fotos, y nos costará entre 350 y 180 euros. 

 Por partidas

Si nos centramos en las partidas de vestuario, complementos y celebración, nos encontramos que vestir a una niña tendrá un coste medio de 735 euros, estando su precio máximo en 1.158 euros y el mínimo en 313, en ambos casos hemos optado por el vestido de organdí. Si tuviésemos que vestir a un niño su coste bajará hasta 340 euros de media, con un precio máximo de 536 euros y un mínimo de 243, eligiendo en ambos casos el traje de almirante. 

En el resto de partidas, no habrá diferencia entre niños y niñas: si optamos por la celebración (restaurante y  fotógrafo) más cara, está llegara a los 2.980 euros, mientras que si preferimos algo más económico se simplificará en más del 60%.  Además, hay que tener en cuenta que en estos datos finales no hemos incluido partidas como la peluquería o animación, desembolso que se está convirtiendo en habitual en este tipo de eventos. 

De cualquier manera, y a pesar de que las comuniones  se asimilan, en cuanto al derroche generalizado, a las bodas, los padres deben tener en cuenta que, si bien las celebraciones matrimoniales suelen amortizarse con el dinero y los regalos que perciben los cónyuges, no suele pasar lo mismo con las comuniones. Y es que, aunque los niños exijan regalos cada vez más caros, la realidad es que una consola de videojuegos, una cámara fotográfica o una bicicleta no llegarán nunca a cubrir los casi 3.000 euros que nos gastaremos de media para que todo salga a pedir de boca.