sábado. 27.04.2024

El turismo como solución a la crisis en Sierra de Gata

En mi anterior artículo expuse las razones principales por las que considero que la Sierra de Gata podría convertirse en un destino turístico de interior de primer orden generando a corto plazo una actividad económica suficiente como para acabar con el paro y la crisis en nuestra comarca.

En mi anterior artículo expuse las razones principales por las que considero que la Sierra de Gata podría convertirse en un destino turístico de interior de primer orden generando a corto plazo una actividad económica suficiente como para acabar con el paro y la crisis en nuestra comarca.

Permítanme que se las recuerde ya que es importante que todos las tengamos muy presentes: cascos históricos potencialmente muy atractivos, paisaje virgen y espectacular, impresionante red fluvial y de piscinas naturales, tipismo y vida rural, micro-clima muy favorable y excelentes comunicaciones por carretera. Estos cinco factores a penas se dan juntos en ninguna otra zona de España y, con poco dinero y mucha voluntad por parte de todos, nos convertirían en un referente nacional e internacional del turismo de interior.

Para dirigirnos de forma rápida y efectiva hacia ese escenario de progreso, es fundamental que demos una serie de pasos. Vamos, en este artículo, a considerar algunos de ellos.

Liderazgo

Uno de los factores mas importantes para conseguir el cambio de mentalidad que necesitamos es el liderazgo. Y me explico: por desgracia, esta serie de artículos sobre el futuro de la Sierra de Gata y el turismo solo van a ser leídos por una pocas personas y, dudo mucho que, por mucho entusiasmo que ponga, pueda convencer del todo a los lectores de que este proyecto es mucho mas real, barato y posible de lo que la mayoría de las personas de La Sierra pudieran pensar. Por eso es necesario que, los líderes de opinión de la Comarca, los que están en la avanzadilla de las ideas de futuro y tienen en sus manos la gestión de La Sierra, acepten como propias estos argumentos, los difundan y, den los pasos necesarios para ponerlos en práctica. Me refiero no solo a los alcaldes y concejales, también a los directivos de las asociaciones de desarrollo local, a los funcionarios, a los profesionales del sector de hostelería y restauración, a los que participan en los medios de comunicación, a los que tienen influencias, a los que tienen empresas en La Sierra, en definitiva a todos cuya voz es escuchada con interés bien en atención al cargo que representan, al dinero que gestionan o, lo que es mejor, a su reputación intelectual.

Si, los líderes de opinión hicieran propia esta idea, la mitad del camino del progreso de nuestra Comarca ya estaría recorrido.

Los números

Un argumento de peso para que los sierragatunos queramos dar el paso y lanzarnos a la aventura del turismo son los números; esos números nos pueden ayudar a comprender muy claramente de qué estamos hablando: Antes de la puesta en marcha de la nueva red de carreteras, por muchos atractivos que tuviéramos, nuestro público estaba limitado a una pequeña cantidad de personas. Y lo que es peor, ese radio de acceso a la Sierra de Gata no incluía prácticamente entornos urbanos de mas de 20.000 habitantes que son, precisamente, donde se encuentra la mayor parte de nuestro público objetivo potencial.

La construcción de las autovías EX–A1 y la A-66 pone a menos de 3 horas y media de la Sierra a casi nueve millones de personas. Y esta circunstancia es excepcional: una oportunidad histórica para la Sierra que, para mi sorpresa, ha pasado sin pena ni gloria.

Sierra de Gata está a menos de media jornada en coche de Madrid y su área metropolitana, Sevilla, Lisboa, Valladolid, Salamanca, Ávila, Toledo y muchas otras ciudades con gente ansiosa de disfrutar de un entorno como el nuestro.

Si extrapolamos los datos de ocupación turística de zonas con características similares (o menos atractivas incluso) que las nuestras, estamos hablando de un potencial de al menos 4.000 visitantes cada fin de semana. Con un gasto medio de 100 € por visitante se generarían ingresos de 400.000 € cada fin de semana, unos 20 millones de Euros al año, o, para que nos hagamos a la idea 3.200 millones de pesetas que entrarían en Sierra de Gata. Y esto en un escenario muy pobre.

La mayoría del dinero que actualmente se mueve en La Sierra de Gata es “recirculante”, es decir, es un dinero que da vueltas entre nosotros generando actividad económica baja intensidad, pero muy poca riqueza. El único dinero fresco que entra “de fuera” en cantidades algo significativas es el del subsidio de desempleo (cantidades escasas y dispersas que no generan riqueza pues se mueven en el ámbito de la mera subsistencia), los sueldos de funcionarios (proporcionalmente al número de habitantes poco significativa) y, por último el derivado de la venta de productos agrícolas que apenas llega para cubrir los gastos de producción. Todas esas cantidades de dinero “de fuera” no generan margen para el ahorro ni para la inversión por lo que vivimos en un círculo cerrado económico de práctica inactividad y pésimas perspectivas.

Si alguien piensa que los teóricos veinte millones de Euros que, como mínimo, podría ingresar la Sierra por turismo, irían a parar a alojamientos y restaurantes, está muy equivocado. Por experiencia puedo decir que se repartirían en más de un 90 % entre los habitantes de la Sierra: tiendas de alimentación, agricultores, panaderías, constructores, fontaneros, gestorías, medios de comunicación, ferreterías, tiendas de muebles, bares, camareros, limpiadoras, electricistas, etc, etc… Y luego, de esas manos, a otras también la Sierra. Todos nos beneficiaríamos. Ese dinero forastero generaría prosperidad, empleo y, que caramba, felicidad, que tanta falta nos hace.

No inventamos nada

Muchas personas me han transmitido a lo largo de estos años su escepticismo sobre la viabilidad de que la Sierra de Gata sea un destino turístico de primer orden. Sorprendemente esas personas eran de Sierra de Gata y de todos los estratos sociales y culturales: desde el típico señorito de pueblo, el dueño de una bar, el agricultor e incluso propietarios de un alojamiento rural. A los forasteros, lo que les extraña es que no vivamos del turismo, pero, para muchos habitantes de la Sierra el proyecto es una quimera. Y yo sé porque:

En primer lugar falta de fe en nosotros mismos. Han sido muchos años de vivir de subvenciones, sin iniciativa, de cobrar paro sin incentivos, en definitiva de “subsistir mas o menos cómodamente” a la sombra de una Administración paternalista, que, en el fondo prefiere a una población adormecida y ansiosa de sus subvenciones. Subvenciones que, por otra parte se entregan sin un criterio claro, sin formación previa y sin que prácticamente nunca cumplan los teóricos objetivos para las que han sido creadas. Y absolutamente todos en la Sierra sabemos de que estoy hablando.

En segundo lugar por que no nos dejan. Las trabas administrativas para poner un negocio en la Sierra rozan el la actualidad la esquizofrenia. Puedes pasar años intentando obtener una licencia; los requisitos son múltiples y cambiantes, las sanciones continuas, las inspecciones permanentes. Podría escribir una novela de muchas páginas con todas las pegas que pueden llegar a poner para legalizar un negocio rentable, no subvencionado y que genera empleo y me quedaría muy corto.

En tercer lugar porque hemos viajado poco. Así de claro. Este proyecto que propongo no inventa nada nuevo. Si las personas que no creen en el o tiene sus dudas visitaran Frigiliana, Calatañazor, Altea, Cabuérniga, Pedraza, Vejer de la Frontera, Potes o la cercanísimas poblaciones de La Alberca o Candelario, se darían cuenta de que, con mucho menos potencial atractivo que las Sierra de Gata, todas esa poblaciones y muchas otras en España viven en su totalidad del turismo. Y de que, encima, viven muy bien. Y de que no se han gastado mucho, sino que lo han gastado correctamente. Y de que todos los habitantes están de acuerdo en sacar adelante el proyecto.

Así pues, y como primer paso, propongo meter a todos los líderes de opinión de nuestra comarca y recorrer en un autobús todas las localidades que menciono y alguna otra. No hay mejor convicción que la que ofrecen nuestro propios ojos. Todas esa localidades ya están viviendo del turismo. Copiar lo bueno no es malo, muy al contrario, ahorra muchos estudios, indecisiones y malas experiencias. El turismo ya está inventado.

Los japoneses llevan toda la vida copiando y les va muy bien.

Si las personas que son capaces de mover opiniones, dinero y voluntades en la Sierra vieran con sus propios ojos lo fácil que es dar el paso que propongo, estoy seguro que, desde ese día, no tendrían otro objetivo que sacar adelante e nuestra comarca con la implantación de esta idea tan alcanzable y fácil de poner en marcha.

Y como las grandes ideas merecen ser meditadas, permítanme dejar para siguientes entregas nuevas líneas argumentales para demostrar por qué y como la Sierra de Gata podría vivir muy bien del turismo.

PD. Les agradezco mucho los comentarios sobre estos artículos. Es una de las grandes ventajas de Internet la posibilidad de interactuar, poder participar y enriquecer las ideas.

El turismo como solución a la crisis en Sierra de Gata