sábado. 20.04.2024

Cerrando etapas. ¿Por qué se dejó de publicar en la Gatina TV?

Breve historia de los comienzos

Cuando llegué a la Sierra de Gata quedé impresionado por la riqueza que encontré. La tierra es fértil y el huerto generoso. Frutales de toda clase regalan sus frutos, que en la mayoría de los casos, acaban acumulándose en el suelo por la abundancia que traen.

La gente es maravillosa, desde el principio nos sentimos muy bien acogidos y la variedad de sus gentes y sus oficios conviven generando un colectivo rico y lleno de potenciales.

La historia brota por doquier a modo de castillos, viejos molinos, dólmenes, Zahurdones, conventos, etc.

Todo esto me impulsó a realizar el canal audiovisual “La Gatina”, pues pude observar que toda esta riqueza requería de una comunicación que facilitara su florecimiento, ya que por alguna razón que no alcanzo a comprender, parece como si esta comarca se hubiera quedado parada en el tiempo.

¿Cómo se pudo realizar la Gatina?

Cualquier proyecto requiere de una inversión para su puesta en marcha. En éste caso aproveché la escasa infraestructura de la que dispongo (una cámara de fotos, un viejo ordenador, una conexión a Internet y mi experiencia en el campo de la comunicación audiovisual) para llevar a cabo en solitario un proyecto que normalmente requeriría del trabajo de muchas personas y costoso equipo técnico (Guión, realización, producción, operador de cámara, editor locutor, redactor, diseñador, grafista, gestor de contenidos...).

Consciente de la dificultad que esto entrañaba decidí demostrar mi capacidad antes de pedir ninguna ayuda a las instituciones, de manera que se supiera fielmente en qué se iba a invertir el dinero y el potencial real de la herramienta.

Hasta el momento se han realizado más de una docena de reportajes, se han publicado en Internet y se han distribuido físicamente por la mitad de los pueblos de la Sierra con la intención de facilitar el acceso a sus contenidos para las personas que no manejan las nuevas tecnologías.

¿por qué buscar financiación pública y no privada?

La comunicación es una herramienta demasiado potente, sensible e influyente, como para que se pueda vender a cualquier postor. La experiencia nos ha demostrado que quien posee el poder  de la difusión lo acaba manipulando para generar una opinión que busca el beneficio propio sin reparar en las consecuencias que puedan surgir en el colectivo en el que se difunde. Aun hoy en día estamos expuestos a la enorme manipulación mediática que se cierne sobre nosotros en todos los formatos posibles. Por eso la comunicación consciente tiene que ser libre, colectiva y con el fin de enriquecer y facilitar la comprensión de la información que genera un colectivo para su funcionamiento equilibrado.

La existencia de un canal consciente en una comunidad, facilita su desarrollo a través de una información cuyo único fin es el de acercar a sus habitantes a la realidad que les rodea, de manera que puedan gestionarla respetando y aprovechando los ritmos, las carencias, los potenciales, las características, etc. de las personas e infraestructuras que componen ese colectivo.

Algo que beneficia un colectivo ha de ser valorado y sufragado por el colectivo en si, a través de las instituciones creadas para tal fin, para no caer bajo la influencia de “quien paga manda”, ya que se supone que las instituciones hacen lo que beneficia al pueblo. Sin embargo en la actualidad se le tiene demasiado miedo a la exposición pública de la información sensible que condiciona nuestro modo de vida, no obstante estamos experimentando un cambio que nos lleva hacia esta nueva corriente, en la que la claridad es mucho más practica (para el colectivo) que el secretismo.

Acercamiento a las instituciones

Al poco tiempo de estrenar el primer capítulo en Villasbuenas decidí poner en marcha la campaña de financiación, acercándome al grupo de acción local que sirve de apoyo a los proyectos que surgen en la Sierra. Tuve una reunión con el presidente de Adisgata, a quien mostré el proyecto, el cual mostró mucho interés, incluso sorprendiéndose por el bajo coste que suponía una herramienta tan practica para la comarca. Después de esa reunión no volví a saber de el, así que decidí acercarme por las oficinas de Adisgata con el trabajo publicado, un plan de negocios, un presupuesto que suponía una inversión muy humilde y toda mi atención para estudiar cualquier posible ayuda que me pudieran brindar. Allí hablé con una persona que me indicó que no había ayudas para este tipo de proyectos, así que les dejé mi proyecto con la intención de que me tuvieran presente en caso de que algo surgiera.

Al cabo de unos meses algo surgió, pero no como yo me esperaba. Cual fue mi sorpresa cuando vi en Internet que habían publicado una serie de vídeos firmados por Adisgata en los que se mostraba la cocina serrana a través de una receta por cada pueblo (temática incluida en la Gatina y descrita en el plan de negocios que les entregué). Parecía que habían encontrado la forma de financiar un proyecto audiovisual, pero resultó ser otra empresa (una productora de Cáceres) la que fue contratada para realizar el trabajo. No hubo concurso público ni se me pidió presupuesto alguno para posibilitar mi participación en un proyecto que yo había iniciado previamente.

Mi reacción inicial fue colérica. Me sentí atropellado, estafado. No podía entender como podían haber caído tan bajo. Pero siguiendo el buen consejo de un amigo, decidí calmar los ánimos dejando que el tiempo pasara.

Ahora que puedo observarlo con más perspectiva puedo realizar un análisis más objetivo y calmado.

La Gatina es un proyecto que he realizado con todo mi cariño, cuya intención era aportarle al colectivo en el que me encuentro, con mi trabajo,  esa parte de mi que pueda enriquecerlo. Personalmente creo que en Adisgata no entendieron mi propuesta, quizá pensaron que quería aprovecharme de una oportunidad en vez de comprender que lo que estaba haciendo era cubrir una necesidad, que la oportunidad no era para mi, sino para la Sierra de Gata, pues un proyecto de estas dimensiones realizado a “la antigua usanza” requeriría de un presupuesto e infraestructura difíciles de mantener en los tiempos de escasez económica que vivimos en la actualidad.

Tampoco la gente de la Sierra parece estar preparada para la existencia de este canal, pues no han sabido aprovechar la oportunidad de disponer de esta herramienta. Ésto quedó claro con la publicación de los reportajes sobre el parque cultural que se cierne sobre estas tierras, en los cuales quedó bien reflejada la ignorancia de los habitantes de la Sierra sobre éste tema y la enorme cantidad de peros que arrastra. Un proyecto que, en función de la participación e implicación de la gente, podría enriquecer mucho o empobrecer y estropear más aún estas tierras.

La respuesta a los reportajes fue silencio por parte de los habitantes de la Sierra (salvo los cuatro que andamos siempre por los mismos lares) y molestia por parte de diputación al “generar dudas sobre un proyecto perfectamente difundido” del que casi nadie se enteró (Aquí puedes ver los reportajes que se realizaron).

Tras la experiencia de dos años trabajando en este canal me queda claro que la Sierra de Gata aun no esta preparada para la utilización de esta herramienta. Las instituciones no la quieren y los habitantes no se interesan, no porque no guste o no pueda ser útil, sino porque aun no se ha comprendido su potencial, y eso es algo que yo no puedo juzgar, sencillamente me toca asumirlo.

Alguna persona se habrá creído que hice este proyecto para enriquecerme, y tiene razón, mi intención era llenarme de gentes, de experiencias, de proyectos ilusionantes que están buscando la forma de salir a flote, de lugares mágicos, naturaleza y ricos productos que aquí se producen. Mi intención era la de aportar aquello que se hacer, a cambio de muy poco, pues aquí con muy poco se vive muy bien y yo ya he aprendido que lo que enriquece mi vida es todo lo que la rodea, por eso el dinero tiene su justo valor.

Esta visto que hoy en día aun nos limitamos a la búsqueda compulsiva de beneficio económico como único fin, restándose importancia a los procesos y las consecuencias de nuestras gestiones. Aun prevalece la ambición personal frente a la colectiva, y esto tiene un precio que pagamos a diario en todas las infraestructuras inacabadas o abandonadas en las que se invierte sin un plan estratégico en el que sea la comunidad la que se enriquezca.

Tengo mucho que agradecer de la experiencia vivida con la Gatina, pues aunque ha sido breve su andadura, han sido muchas las personas que he conocido y muchos los lugares que he descubierto. Una experiencia más que me ha ayudado a crecer y a conocer mejor mi entorno. El aprendizaje continúa, y en el horizonte reaparece la Artesanosofía con nuevas experiencias con las que alimentar este insaciable deseo de conexión.

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Cerrando etapas. ¿Por qué se dejó de publicar en la Gatina TV?