jueves. 25.04.2024

Los dimes y diretes del candidato Cañete

Yo tenía pensado titular este artículo de opinión con un lacónico: “Extremeños: la libertad de expresión ha muerto”. Era una pretendida alusión a la negativa del ente público audiovisual de la televisión extremeña, de emitir en directo el debate sobre la reciente moción de censura al gobierno autonómico de esta Comunidad. Pienso que este debate fue algo que no se da todos los días, y que debería haber suscitado el suficiente interés como para merecer una atención significada por parte de la televisión pública autonómica. Tanto monta, monta tanto si la moción de censura aconteciese del Partido Popular a un gobierno socialista o de cualesquiera otra oposición al gobierno correspondiente.

Cobra mucho más alcance este atentado a la libertad de expresión, al haberse encadenado con la cancelación de la entrevista de la Cadena Ser con el eurocandidato popular Miguel Arias Cañete y la negativa a las solicitadas por otros medios de comunicación, “no afines”, que pudieran suponerle ciertos riesgos electorales. También las quejas de los medios sobre su partido, al aceptar preguntas preprogramadas en las comparecencias tras los Consejos de Ministros y vetar esta posibilidad a periódicos, emisoras de radio y televisiones de reconocido prestigio y de gran audiencia. Hay un fuerte rumor sobre el hecho de que, en algunos sitios, se beneficia a los medios afines a las tesis populares mediante propaganda institucional, algo que se niega a los medios más críticos.

Tuve la suerte de poder hablar con el presidente Monago en una Cena de Convivencia organizada por la Casa de Extremadura en Getafe, en la que recibió la medalla de oro de  esta citada Casa, junto al novelista Jesús Sanchez Adalid. También pude escuchar su discurso posterior. Un buen discurso en el que en ningún momento se pudo atisbar la más mínima duda sobre la libertad de expresión. Esto es tanto o más sorprendente que la propia postura de los diputados regionales de Izquierda Unida, tan remisos para apoyar un gobierno progresista, lo contrario de lo que se está haciendo en todas partes. En las tertulias, cuando sale este tema, se comenta como un pacto antinatura, criticado incluso por los órganos federales de este partido.

Pero como no quiero ponerme serio en esta fiesta democrática que supone las elecciones europeas, pensé que era bueno echarle un poco de humor a este pasado periodo electoral con una referencia al vídeo de “La niña y el pollito”, que ha tenido más de cien mil entradas de internautas en las páginas de exhibición y en youtube.

Hilaba yo la frase estrella de este video, cerrando lo ojos, y era como si la niña estudiosa, en lugar de al pollito comilón, se estuviera dirigiendo a Vara, a Monago o a los diputados de Izquierda Unida de Extremadura: “¡Cagüen la madre!, la que has liao pollito, la que has liao pollito, ¡madre mía!”. En esta Comunidad nuestra, sabemos quien es la niña pero tenemos serias dudas sobre de quien se trata el pollito.

Me imaginaba yo a la simpática niña, con el lápiz de cera en la mano derecha y un muñecote gordito en la izquierda, recriminándolo por sus dimes y diretes: “La que has liao pollito, la que has liao pollito, ¡madre mía!”.

Pero yo sólo he dicho que un debate político entre un hombre y una mujer es muy complicado –replicó el muñeco-, porque si el hombre demuestra superioridad intelectual o la que sea, da una impresión machista ante una mujer indefensa.

No me dejas estudiar, pollito –contestó la niña-, ¡madre mía!. La que has liao pollito, la que has liao pollito.

Si debato con el señor Rubalcaba nos podemos decir todas las barbaridades, justificó el muñecote-, pero con una mujer se interpreta de otra manera.

¡Madre mía!, madre mía! –continuó la niña-. No has estudiado nada, pollito.

Soy muy espontáneo y digo siempre lo que pienso –continuó el muñeco-, y a veces no soy políticamente correcto.

Me llenas de babas el dibujo, pollito –se quejó la niña-. La que has liao, pollito, la que has liao.

El regadío hay que utilizarlo como a las mujeres –afirmó rotundamente el muñecote-, con mucho cuidado, que le pueden perder a uno.

Ya me calló agua en el dibujo, … pollito –continúo enfadada la niña-. Me estás cabreando, pollito.

Peor me lo pones tú –le dijo a la niña-, de tanto llamarte me estás saliendo como una novia cara.

¡Madre mía!, pollito –contestó la niña-, en lugar de arreglarlo lo estás liando más, pollito.

Si he ofendido a alguien, por supuesto, que pido disculpas –terminó diciendo el muñecote al cabo de seis días-. No soy machista, lo que está claro es que estuve desafortunado en la forma de expresarme y que algunos están trasladando una imagen equivocada de mi.

Pollito, pollito, que bueno es mi pollito –dijo la niña abrazando tiernamente el muñeco.

Siempre he valorado igual las personas, mujeres u hombres –remató el muñeco.

Di que si, pollito, di que si –aseveró cariñosa la niña mientras aplastaba el lápiz de cera en la boca del muñeco-, luego te la lavo con agua y jabón, pollito. La que has liao, pollito, la que has liao… ¡Madre mía!.

Ahora que caigo –insinuó el muñeco-. Esa voz… esa mente inferior. ¿Oyés niña?. ¿Esa cara es tuya o es una careta?. ¿No serás la niña diabólica?.

¡Qué cosas tienes, pollito!.

Qué te quites la máscara, ¡coño! –grito enfadado el muñecote, arrancando la máscara a la niña-. ¡Joder!, pero si es EV.

Qué tonto eres, pollito –dijo sonriente la niña-. No voy a ser ET.

Al pollito, leré, le dije anoche leré –se fue cantando EV, dando graciosos saltitos-, que si quería leré, estar en Europa, lere…

Entonces el muñeco quedó estático sobre la mesa y en ese instante comprendió que sin EV no era nada. Ella dio vida a quince días monótonos y aburridos, él había conseguido agrandar una mente cuasi insignificante, supuestamente inferior a la suya. Su mente superior urdió el plan que dio el fruto apetecido. Su sacrifico para distraer las mentes de Europa, de los recortes, de la crisis, de la pérdida de derechos históricos, del estado de bienestar,… todo ello surtió efecto.

Somos como una especie de mezcla entre niños y pollitos o entre pollitos y niñas. Mañana me compro una niña en el mercadillo y le pregunto a mi mujer si quiere que tengamos otro pollito.

Una voz, que podía perfectamente ser la del padre de la niña del pollito, retumbó desde la alcoba: “En nuestra Europa tratamos a todos por igual, no se considera a las mujeres inferiores intelectualmente. Para mi es una vergüenza, como hombre y padre, que alguien sugiera que mi hija vale menos que mi hijo, …, nuestra lucha continuará hasta que nuestras amadas madres e hijas estén a salvo de la violencia, hasta que cerremos la brecha salarial”.

Castigar a los políticos actuales, que al fin y al cabo deciden nuestro futuro, con la abstención es tirar la piedra y esconder la mano. Los responsables políticos, como actuales causantes de la situación que padecemos, se parten el culo de la risa ante un castigo asbtencionista que, paradójicamente, les ha dado puestos en el nuevo parlamento europeo. Apañemos nuestros flagelados cuerpos si, con ello, hemos alentado que sigan con sus equivocadas recetas de austeridad y recortes: el austericidio.

Extremeños, preparemos las velas y los farolillos, van a sacar en procesión a los Santos Inocentes. Al frente la cruz de guía y el estandarte con las imágenes de Paco Rabal, Alfredo Landa, Belén Ballesteros, Terele Pávez, Juan Sánchez y Susana Sánchez. Tras ellos, cabizbajos, Miguel Delibes y Mario Camus. El Papa, rodeado de los frailes franciscanos de Sierra de Gata, va regalando pollitos a las dagalinas que se acercaron a verle.

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Los dimes y diretes del candidato Cañete