sábado. 27.04.2024

Cottolengo, un premio a la entrega y la solidaridad

En un acto institucional previo a la celebración del Día de Extremadura, con toda la solemnidad que ofrece el Teatro Romano de Mérida, se entregaron las Medallas de Extremadura 2012, máxima distinción que ofrece el Gobierno Extremeño.

En un acto institucional previo a la celebración del Día de Extremadura, con toda la solemnidad que ofrece el Teatro Romano de Mérida, se entregaron las Medallas de Extremadura 2012, máxima distinción que ofrece el Gobierno Extremeño. De entre todas las entregadas, cinco en esta ocasión, la otorgada a las Hermanas Servidoras de Jesús del Cottolengo del Padre Alegre en La Fragosa (Nuñomoral, Hurdes) es la que más satisfacción me ha producido, sin restar con ello mérito a los demás agraciados, dignos merecedores de la misma, sin duda alguna.

Con la Medalla de Extremadura o con cualquier otra distinción de este calado, no se agranda su legado o su acción hacia los demás, esa está ahí día tras día, silenciosa, generosa, solidaria,… pero sí se reconoce socialmente la labor que en este caso las Hermanas del Cottolengo, u otras organizaciones e instituciones realizan por los más necesitados.

A veces, y esta ha sido una de ellas, me pongo en el lugar de los padres que por desgracia sufren la enfermedad de un hijo o hija con alguna enfermedad crónica o degenerativa, desde su nacimiento o que se va adquiriendo a lo largo de la vida. Y entonces bendigo la crisis, los recortes y la prima de riesgo,… eso sí es realmente duro, ver desde una perspectiva tan cercana una situación a la que debe ser tan difícil acostumbrarse, si es que se acostumbra uno alguna vez y sin embargo inevitable.

Es entonces cuando entran en juego todas esta personas que se dedican a ayudar a los demás sin más interés que facilitarles la vida, hacerle más llevadera la misma y por qué no, animarles y ayudarles a superarse día a día.

Sólo las familias de los enfermos valoran en su justa medida el trabajo de estos profesionales (cobren o lo hagan de forma voluntaria) y si estos premios sirven para los que por suerte y por ahora, no nos vemos en esta situación valoremos y reconozcamos esta loable labor, bienvenidos sean este y muchos más.

No me gustaría despedirme sin recomendarles una visita a las Hurdes, a Nuñomoral, al Cottolengo, inmerso dentro de un precioso valle está ubicada esta residencia desde 1952, que garantizó les marcará. Por otro lado dejo el enlace al documental Cottolengo: un viaje al corazón de Las Hurdes, de Canal Extremadura, son 38 min, pero merece la pena sentarse tranquilamente y paladearlo.

Por suerte, en este mundo no todo son malas noticias, aunque los medios a veces nos lo quieran hacer creer.

Cottolengo, un premio a la entrega y la solidaridad