viernes. 26.04.2024

Decálogo de la desmotivación del trabajador. En defensa de la Educación Pública

No sabemos si el propósito es, a fuerza de ignorar las peticiones realizadas desde la educación pública, desmoralizarnos (Uno) y hacernos parecer repetitivos de cara a la sociedad. Pese a ello, todos los que trabajamos en la docencia seguiremos denunciando, sin tregua, el deterioro del sistema público como consecuencia tanto de los recortes educativos como del empeoramiento en las condiciones laborales de los docentes (Dos).

No sabemos si el propósito es, a fuerza de ignorar las peticiones realizadas desde la educación pública, desmoralizarnos (Uno) y hacernos parecer repetitivos de cara a la sociedad. Pese a ello, todos los que trabajamos en la docencia seguiremos denunciando, sin tregua, el deterioro del sistema público como consecuencia tanto de los recortes educativos como del empeoramiento en las condiciones laborales de los docentes (Dos).

Queremos mostrar, una vez más, nuestro rechazo a la implantación unilateral (Tres) de la nueva ley de educación, la LOMCE, que consideramos discriminatoria y segregadora, además de altamente perjudicial para la calidad del sistema educativo, dado que con ella disminuyen drásticamente los servicios y la optatividad, lo que repercutirá, evidentemente, en el número de profesores interinos que pasarán a engrosar las interminables listas de parados en nuestro país (Cuatro), en el traslado forzoso de numerosos funcionarios (Cinco), la impartición forzosa de materias por parte de no especialistas (Seis), etcétera, etcétera, etcétera.

Y, para agravar aún más la situación de los centros y disminuir su autonomía, se implantan medidas autoritarias (Siete) que pasan por conferir a los directores plenos poderes, dejando al margen a los Claustros de profesores y a los Consejos Escolares. ¿Saben que los directores podrán ser quienes decidan qué docentes –funcionarios de carrera o interinos- pueden trabajar en lo que considerarán centros de su propiedad?

¿Saben que no se cubre ninguna baja por enfermedad del docente hasta el 15 día natural de esta? (Ocho)

A todo esto, sumamos los agravios económicos (Nueve). Como funcionarios, los docentes sufriremos también la pérdida de la paga extraordinaria de Navidad hasta el punto de que, en los últimos cuatro años, hemos perdido el 25% del poder adquisitivo. Nuestra nómina, bien mermada ya por los sucesivos recortes y congelaciones, sufre otro más en forma de descuento adicional en nuestras percepciones del mes de diciembre, de donde se reducirán, además, los derechos pasivos y contribución a MUFACE.

Del Diez, lamentablemente, seguimos pendientes. Porque “si algo puede salir mal, saldrá mal”, esta parece ser la máxima del Gobierno que nos desasiste.

Decálogo de la desmotivación del trabajador. En defensa de la Educación Pública