sábado. 20.04.2024

Ecología, sostenibilidad y los tradicionales incendios estivales en Sierra de Gata

Este año como todos los veranos se han vuelto a producir los ya habituales incendios que tantas veces han arrasado nuestra Comarca en otras ocasiones. Esta lacra que tiene muy distintos orígenes, causas y motivos parece que a pesar de la infinidad de medidas que se toman desde las Administraciones Públicas es difícil acabar con ella.

Este año como todos los veranos se han vuelto a producir los ya habituales incendios que tantas veces han arrasado nuestra Comarca en otras ocasiones. Esta lacra que tiene muy distintos orígenes, causas y motivos parece que a pesar de la infinidad de medidas que se toman desde las Administraciones Públicas es difícil acabar con ella.

Cierto es que Sierra de Gata en su mayor parte ha sufrido un proceso de reforestación; por un lado dirigido desde las Administraciones Públicas y por otro lado de manera indirecta ante el abandono de infinidad de campos de cultivo que han sido fagotizados por la floresta de la zona y por la disminución de la cabaña ganadera de la Comarca; ha permitido, esto último, una recuperación acelerada de la vegetación en las zonas tradicionales de pastoreo en las localidades de Sierra de Gata.

Quizás y aunque no haya sido premeditado ese abandono de las tierras de cultivo y de las zonas de pastos de la cabaña ganadera de una manera descoordinada y sin supervisión de ningún tipo ha provocado que la limpieza de los montes se haya complicado, o simplemente no se realice por parte de muchos de los propietarios de esos terrenos, convirtiéndose los mismos en un foco potencial de incendios.

Pero además, sin una explicación lógica, a los pocos agricultores y ganaderos que quedan en la Comarca se les imponen unas normas que van contra los usos tradicionales de la agricultura y la ganadería de Sierra de Gata, y que provocan que estos ganaderos y agricultores sopesen si continuar o abandonar estas últimas tareas en el campo.

Recientemente en una conversación con uno de los últimos pequeños ganaderos-pastores que quedan en la localidad de Acebo, éste me expresaba su indignación por un intento de sanción por parte de la Guardia Civil cuando su rebaño de ovejas se encontraba pastando en uno de los arroyos de esta población; ya que según los agentes, los excrementos que estos animales depositaban en las aguas mataban la riqueza piscícola de los ríos y contaminaba sus aguas. Este vecino y otros muchos más no salían de su asombro por unas medidas de tinte ecológico que no consiguen explicar cómo en décadas anteriores, en poblaciones como Acebo, con una cabaña ganadera 100 veces superior a la actual y una población cinco veces a la de ahora, la riqueza piscícola y faunística era muy superior a la presente.

Según la experiencia de todos estos pequeños agricultores y ganaderos su actividad y la de sus animales enriquecían la cadena alimenticia de los animales, y favorecía la existencia de una riqueza forestal y faunística que los nuevos conceptos y medidas de tinte ecológico han perjudicado, según su entender.

Las limitaciones para realizar determinadas tareas agrícolas y ganaderas como la quema de rastrojos, el desbrozado del monte, la trituración del campo, la poda, el pastoreo libre, la cura de árboles frutales y cosechas, la limpieza de caminos, veredas comunales, etc., unido a los problemas económicos que padece el campo ha provocado, y provoca, una disminución de la presencia del hombre en el campo; que por ende favorece un abandono del mismo. Incrementándose, con ello, los riesgos de incendios; al encontrarse esas tierras y ríos fuera de la supervisión y control del ser humano, ya que como se demuestra año tras año los medios con los que cuenta el SEPRONA son claramente insuficientes para prevenir y atajar los criminales incendios que se reproducen en nuestra Comarca todos los años.

Por tanto la no presencia del ser humano en el campo debido a las trabas que se le imponen desde las Administraciones para realizar sus tareas agrícolas y ganaderas favorece un efecto expulsión del mismo, que tiene como efectos más inmediatos el abandono del campo por parte de éste y que degenera en situaciones tan perjudiciales como la aparición de incendios, vertederos ilegales, construcciones que no cumplen la normativa, desvió de cauces de agua, acaparamiento de manantiales, fosas sépticas que incumplen las normativas, etc.

Ecología, sostenibilidad y los tradicionales incendios estivales en Sierra de Gata