Nuestros estudiantes están inmersos en el fin del curso. Este año, para compensarles quizás del esfuerzo –cuando este ha sido tal- no hace mucho calor en las aulas. La temperatura es agradable. La situación que les rodea, no tanto.
Los más jóvenes, que están terminando felizmente un año más de educación infantil o primaria, lo viven con tranquilidad. Solo piensan en que ya llega el verano y, con él, la piscina, la playa… Nuestros alumnos de Secundaria también quieren terminar y se preguntan de qué van a servirles esos días de repaso que se han programado durante el mes de julio. Y “hasta aquí puedo leer…” Todavía les quedan unos años de estudio; hay que ser optimistas y pensar que, cuando lleguen al final, habrá cambiado la situación del país.
Hoy se han publicado las listas de aprobados y suspensos en la prueba de Acceso a Ciclos Formativos. Hace unos días, se terminaron las clases de Bachillerato y ahora mismo estos alumnos están realizando las pruebas de acceso a la Universidad (más de 5000 jóvenes extremeños). La prensa se hace eco de estas noticias, los nervios, la incertidumbre de la nota que les permitirá –o no- acceder no solo a determinadas carreras, sino también a determinadas universidades. Hoy finalizan los exámenes, que se han venido realizando durante tres días y, después, más días de nervios e intranquilidad hasta el 22 de junio, cuando la Universidad hará públicas las calificaciones.
En la Universidad de Extremadura no subirán las tasas en la primera matrícula; pero sí en la segunda. Parece que el ministro Wert pretende que los estudiantes asuman, como mínimo, el 25% de su formación (hasta ahora venía siendo aproximadamente un 15%). No sería tan caro si, llegados a la meta, esta fuera el trabajo y, con él, el salario que compense todo lo invertido durante estos años.
Sin embargo, el año 2011 ha finalizado con unos malos datos: más de un millón de universitarios parados; parece ser que la mayor tasa de paro en la Unión Europea. Muchos de ellos han realizado sus estudios con becas; otros han dependido exclusivamente del esfuerzo de sus familias. Saben que lo tienen muy difícil y que, posiblemente, tendrán que ofertar su valía en otros países. Sin embargo, nuestros jóvenes no se rinden y eso es una garantía de futuro.