viernes. 03.05.2024

El viaje astral

Viajar en astral no es privilegio de iniciados, puesto que todas las noches lo hacemos mientras dormimos. El privilegio sería hacerlo conscientemente y/o a voluntad. Solo la práctica permitirá introducir la consciencia en este tipo de experiencias y ello nos llevará a poder diferenciar sueños de viajes astrales normalmente sujeto a confusión
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Hoy voy a tratar de haceros llegar, de forma sencilla, un tema sobre el que se ha hablado y escrito mucho, a veces de forma muy fantasiosa.

Empezaré por explicar un par de cosas que me parecen de gran importancia para el tema.

Todo en el Universo es vibración. La vida se produce como consecuencia de la interacción de energías sutiles sobre elementos químicos, que por sí mismos nunca dejarían de ser inertes.

El astral es un fluido bioenergético que rodea el cuerpo físico e interpenetra todas las células de nuestro organismo, proveyéndole de la energía necesaria para la vida.

Como vimos en ocasiones anteriores, el ser humano está conformado por cuatro cuerpos o niveles de energía: físico, astral, mental y espiritual.

Pues bien, es sobre el cuerpo astral, el segundo en grado de vibración, sobre el que vamos a hablar hoy.

Al igual que con el cuerpo físico, nos desplazamos de un lugar a otro para conocer sitios, vivir experiencias, etc. Con el cuerpo astral sucede algo similar. También hacemos viajes o desplazamientos astrales.

El cuerpo astral se une al cuerpo físico mediante un cordón energético de color plateado. La conexión se realiza en un punto intermedio, entre las glándulas pineal y pituitaria, por el centro de la bóveda craneana, lo que conocemos como fontanelas. Esa parte del cráneo que al nacer está abierta.

Ese cordón es una prolongación de todo el cuerpo astral o energético y es la unión de las 7 capas que lo conforman. La mezcla de los colores de las 7 capas a nivel luz es lo que le da el color plateado.

Existen 2 momentos propicios en los cuales el cuerpo astral puede desplazarse fuera del cuerpo físico. Estos momentos son: en reposo, por ejemplo cuando dormimos, o en momentos de extrema tensión.

Este desplazamiento es lo que se conoce como viaje astral, pero manteniéndose unido al cuerpo por el cordón plateado.

En esta situación, el cuerpo mental con más influencia es el subconsciente, por lo que no es fácil recordar, conscientemente, lo que sucede en estos viajes. La salida del cuerpo astral se produce también por el centro de la bóveda craneana, lugar por el que quedará unido el cordón plateado.

Como vimos en el tema del cuerpo energético, este está formado por capas. Pues bien, durante el viaje astral, no se desplaza todo el astral, sino que se separan las capas 5, 6 y 7, con una parte de las capas 1, 2, 3 y 4, quedando la otra parte de estas capas dentro del cuerpo físico con el objetivo de mantenerlo con vida.

Como hemos visto anteriormente, la capa 5ª corresponde a los procesos mentales, la capa 6ª a la personalidad (manifestación y relación con el cuerpo mental), lo cual quiere decir que durante el viaje astral, también sale una especie de terminal mental, que sería la encargada de enviar a la central, ubicada en el cerebro, la información recogida durante el viaje.

Todas las noches, mientras dormimos, experimentamos desplazamientos astrales, solo que no los recordamos en la mayoría de las ocasiones.

El proceso o mecánica del viaje astral es el mismo que el de la muerte, la diferencia reside en el cordón plateado. Durante el viaje astral el cuerpo físico queda unido al energético por el cordón plateado. Durante el proceso de muerte, este cordón se rompe y el cuerpo energético no puede volver al cuerpo físico. Las capas 1, 2, 3 y 4 del cuerpo energético que vitalizan el físico durante el viaje astral, en el proceso de muerte, permanecen en él para proceder a su descomposición biológica.

Si fuéramos conscientes de nuestros viajes astrales diarios, nos daríamos cuenta de que todas las noches morimos un poco, o más bien se podría decir, aprendemos a recorrer el camino de morir. Lástima que no seamos conscientes de este proceso, pues ello nos serviría para perder el miedo a la muerte, ya que nos daríamos cuenta de que tras este proceso de separación existe otra manera o forma de vivir, sabríamos que no todo acaba ahí.

Viajar en astral no es privilegio de iniciados, puesto que todas las noches lo hacemos mientras dormimos. El privilegio sería hacerlo conscientemente y/o a voluntad. Solo la práctica permitirá introducir la consciencia en este tipo de experiencias y ello nos llevará a poder diferenciar sueños de viajes astrales, normalmente sujeto a confusión.

Las prácticas de relajación y meditación, favorecen el contacto entre consciente y subconsciente, lo que facilitará el recuerdo de la experiencia.

Como ya he dicho en alguna otra ocasión, todo en el Universo tiene un propósito, lo que no es de utilidad simplemente no se genera.

¿Y cómo podemos relacionar esto último con la experiencia astral? Hay al menos 2 aspectos muy importantes:

El primero, la recarga de energía. Somos energía en diferentes grados de vibración. Esta recarga de energía se produce durante todo el día pero especialmente por la noche mientras dormimos, cuando el cuerpo astral se desplaza fuera del físico. Esta energía llega en forma de cuantos (paquetitos) o subcuantos (paquetitos más pequeños). Los subcuantos tienen menor carga, pero llegan más frecuentemente, para mantener el tono vital constante, por ejemplo durante el sueño nocturno o cuando estamos enfermos.

El segundo aspecto es la obtención de información. El cuerpo energético, acompañado de la terminal mental, se dirige hacia lugares o situaciones que le pueden proporcionar información para ver claramente lo que le preocupa a la persona y de esta forma tranquilizar su psique. Hemos de tener en cuenta que el consciente recibe gran cantidad de información, que no es capaz de asimilar en su totalidad, así la mente profunda lleva al astral al tiempo y lugar donde está la causa del conflicto o allí donde pueda recavar más información.

El conseguir viajes astrales conscientes es una labor que lleva tiempo, dedicación, constancia y fuerza de voluntad, pero al igual que el trabajo sobre los sueños, merece la pena trabajar sobre ello para facilitar nuestro camino de evolución en el retorno a la Fuente. Al fin y al cabo pasamos por este proceso más o menos 8 horas cada día ¡un tercio de nuestra vida! Creo que merece la pena utilizar esta herramienta que tenemos a nuestro alcance ¡cada día!

Hasta otro día amigos.

Un abrazo

Agustín

El viaje astral