lunes. 06.05.2024

111. Dar y recibir

El dar engendra el recibir, y el recibir engendra el dar. En realidad dar y recibir es lo mismo, porque son diferentes aspectos del flujo de la energía en el universo. Si detenemos el flujo desde alguno de los dos polos o aspectos, obstaculizamos el correcto discurrir de la inteligencia de la naturaleza

La vida es como un espejo
La vida es como un espejo

Recibir es lo mismo que dar, porque dar y recibir son dos aspectos diferentes del flujo de energía en el universo. Y si obstaculizamos el flujo desde alguno de los dos polos, estamos obstaculizando la inteligencia de la naturaleza.

El flujo de la vida no es otra cosa que la interacción armoniosa de los elementos y fuerzas que estructuran el campo de la existencia. Y esta interacción opera a través de la ley del dar.

Puesto que nuestro cuerpo, nuestra mente y el universo mantienen un intercambio constante y dinámico, frenar la circulación de esta energía, es como frenar la circulación de la sangre. Cuando la sangre deja de circular, comienza a estancarse y coagularse, originando graves problemas que de una u otra forma afectarán a todo el cuerpo. La circulación de la sangre o de otra cosa, mantiene vivo, activo y saludable al organismo o entidad de la que se trate.

El dar engendra el recibir, y el recibir engendra el dar. En realidad dar y recibir es lo mismo, porque son diferentes aspectos del flujo de la energía en el universo. Y, repito, si detenemos el flujo desde alguno de los dos polos o aspectos, obstaculizamos el correcto discurrir de la inteligencia de la naturaleza.

En toda semilla está la promesa de miles de bosques. Pero la semilla no puede ser acaparada, debe dar su información, su sabiduría, su inteligencia al suelo fértil para cumplir su misión. Con el dar y recibir sucede lo mismo, si tú quieres recibir “alguien” tiene que dar. Si nadie da, nadie recibe, el tema es así de claro y sencillo.

Si quieres recibir, la mejor manera es dar. Pero si al dar tenemos la  sensación de haber perdido algo, es que en realidad, en lo más profundo no lo hemos dado generosamente. Por ello el acto de dar debe ser alegre, la actitud es que se sienta alegría en el solo acto de dar.

Practicar la ley del dar, no es complicado: si deseamos alegría, demos alegría a otros; si deseamos amor, demos amor a los demás; si deseamos riqueza material, ayudemos a otros a conseguir riqueza. No podemos conseguir lo que no circula.

Incluso la sola idea de dar, un simple deseo o una sencilla oración tienen el poder de afectar a los demás. Esto se debe a que nuestro cuerpo, en su expresión más esencial, en una unidad de conciencia inmersa en un universo consciente.

La vida es la eterna danza de la conciencia, que se manifiesta en un intercambio dinámico entre el microcosmos y el macrocosmos, entre el cuerpo humano y el cuerpo universal, entre la mente humana y la mente cósmica.

Cuando aprendemos a dar aquello que buscamos, activamos esa danza con su coreografía, en un movimiento exquisito, energético y vital, que constituye el armónico discurrir de la vida.

Hasta otro día amigos.

Un abrazo.

Agustín.

Este diario lo hacemos todos. Contribuye a su mantenimiento

ING Direct - Sierra de Gata Digital
Nº CC ES 80 1465 010099 1900183481

111. Dar y recibir