- ¿Qué crees que sería necesario para ser feliz?
- Bueno, me imagino que tener éxito en todas y cada una de las cosas donde hubiera puesto mi interés. Además, ser reconocido, y ser querido por mucha gente, por toda la gente. Gozar de buena salud y riqueza material. Sería más o menos así.
- Ajá, ya veo. Tal y como lo describes estoy de acuerdo contigo que es muy difícil ser feliz en la tierra. Pero, ¿y si ser feliz no consistiera en tener éxito profesional y material? ¿Y si no se tratara de ser reconocido y querido por todos, y si no se tratara de medir los logros externos sino en sentirse bien con uno mismo, con tu interior, con tu verdadera forma de ser, con tu esencia? ¿Sabes que creo? Que la verdadera felicidad consiste en expresarte tal cual eres. Pensar, hacer y vivir de acuerdo con tu corazón, que es lo más interno, lo más básico y primordial del ser humano.
¿Y sabes de qué está hecho el corazón? ¿Cuál es la materia prima de lo más autentico y genuino de ti? El Amor. Es la materia prima de la materia prima del hombre. Esa chispa divina de la que hablábamos el otro día, no es más que pequeña lucecita de amor que se va revistiendo de capas y capas hasta formarte como eres.
La felicidad está en expresarte como eres, en saber mirar dentro de tú corazón, reconocer el amor que lo creó y le dio forma y expandir esa naturaleza hacia fuera. Lo que sucede en que mucha gente no ha mirado nunca ahí, en su corazón. Pero otros que si han podido o han sabido, esos sí han sido felices.
No se trata de que todo les haya ido bien, sino que han vibrado con el amor que fue su semilla, la han cuidado y esa semilla ha germinado, planta ha crecido y ha florecido, la han sacado fuera y los demás han podido disfrutar de ella.
Pero esa semilla está en todos y cada uno de los seres humanos. También te diré que la medida del amor que ha llenado una vida no se encuentra en el amor recibido, sino en el amor que uno ha dado. Y el poder de dar amor en tú vida reside en ti, siempre ha estado en ti dar o no dar amor. ¿No te has dado cuenta que eras más feliz cuando expresabas tu amor que cuando lo recibías? Si ya sé que recibir es agradable, pero no tiene la misma fuerza que el dar. Dar. Dar alegría, dar comprensión, dar cariño, dar ternura, dar pasión, dar amistad, dar tiempo, dar serenidad, darte tú mismo, darte…
El amor, no mide la cosecha, lo que vas a recibir a cambio, no espera resultados, no mide la cosecha porque entiende que es feliz con la siembra, solo con eso, no necesita beneficios posteriores.
Mi querido amigo, todos tenéis esa chispa divina, tú también, y todos habéis podido ser felices. Si no lo habéis sido es porque no lo habéis querido así. Ha sido vuestra propia elección. ¿No te parece?
Me había quedado asombrado, paralizado ante tal exposición de la luz y solo me salió decir: creo que esta es la revisión de mi vida, y creo que estoy en Tú Presencia, la presencia de Dios, que no me juzga, sino que me acompaña y me ama…
La luz pareció aumentar su fulgor, iluminó más el entorno y pareció reírse, mientras escuché…
-Oh…crees que soy Dios. Mi querido amigo, no, yo no soy Dios, yo soy… tú mismo.
Abrí los ojos en ese instante, y las formas borrosas de los primeros instantes se fueron aclarando. Vi con claridad la ventana del hospital, y una enfermera leyendo una gráfica a mis pies. Las manos de mi mujer acariciando suavemente la mías, mientras sonreía el verme despierto, y me decía: hola cariño, llevas un buen rato dormido y parecía que muy profundo, como si estuvieras muy lejos. Tus constantes vitales bajaron muy rápido y llamé a la enfermera. Pero parece que te has recuperado de golpe. ¿Has dormido bien?
Hasta otro día amigos
Un abrazo.
Agustín.
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