En el año 1929 se encontraron en el Palacio Topkapi, de Estambul, mapas universales que tenían varios siglos de antigüedad y que habían pertenecido al almirante Piri Reis, un oficial de la marina turca. Estos mapas que descubrió el almirante, por cierto contemporáneo de Cristóbal Colon, atrajeron inmediatamente la atención, al conocerse la noticia, de muchos investigadores científicos.
Numerosas instituciones pidieron copias facsímiles del mapa, entre ellas la Biblioteca Nacional de Berlín, la cual aún conserva las copias de la zona mediterránea y del mar Muerto.
Pero el valioso paquete de mapas de Piri Reis, pronto cayó en el olvido, hasta que en 1956 fue entregado para su investigación al cartógrafo norteamericano M. I. Walters, del Departamento Hidrográfico de la Marina de los Estados Unidos. Walters, pidió ayuda a un amigo, ingeniero y arqueólogo, experto en mapas antiguos Arlington Mallery. Mallery hizo el sensacional descubrimiento de que estos mapas eran exactos, y no solamente en las zonas del Mediterráneo y el mar Muerto. Las costas de América del Norte y del Sur también eran exactas, así como los contornos de La Antártida. Pero eso no es todo, la cartografía interior de estos contornos también era correcta, con una singular precisión. Las cadenas de montañas, ríos, lagos, etc. estaban reflejados con idéntica exactitud.
Para tener una mayor seguridad, se entregó todo este material al jesuita Daniel L. Linehan, director del observatorio astronómico de Weston, para que hiciera otra comprobación. Tras sus estudios, especialmente de la zona Antártica, Linehan, confirmó la precisión de los mapas, en esa zona apenas explorada en esa época. En los mapas está perfectamente reflejado el contorno del continente. Cuestión que en la actualidad solo ha sido posible descubrir mediante avanzados medios técnicos. ¿Cómo fue posible en la antigüedad, si la Antártida está cubierta con cientos de metros de hielo desde hace miles de años?
Investigaciones mas recientes, con fotografías tomadas por satélite, confirman la precisión de estos mapas. Por lo que se sospecha que los mapas de Piri Reis se cartografiaron a gran altura, desde el aire. ¿Y cómo puede esto ser posible?
Amoldándose a la forma esférica de la tierra, en las fotografías, las zonas más alejadas del centro de la imagen, “se hunden hacia abajo”, como si se difuminaran, justamente como sucede en los mapas de Piri Reis.
Hay dos cuestiones que casi se pueden responder inmediatamente. Parece incuestionable que estos mapas no los trazaron nuestros ascendientes. Sin embargo, es incuestionable que tal proyección cartográfica, desde el aire, debió de requerir los mas modernos medios técnicos.
Y ¿cómo explicar eso?, ¿debemos quedarnos con la leyenda de que un dios los donó a un sumo sacerdote? ¿No será preferible indagar a fondo la cuestión y afirmar que esa proyección cartográfica fue efectuada por un avión a gran altura o una astronave?
Hay que decir que los mapas de Piri Reis no son originales, son copias de copias. Pero quien quiera que trazara los mapas necesariamente conocía la navegación aérea y aerofotografía.
¿De donde creéis que sacó Cristóbal Colon la información para aventurarse en su viaje a América?
Seguramente estas afirmaciones dejaran perplejas a muchas personas! Mapas antiquísimos, tomados desde gran altura y mediante fotografías hace miles de años ¡!! Muchas veces el ser humano teme que se disipen importantes nebulosas lagunas de su pasado!! ¿Cuál es la causa? ¿Le gustaría tal vez vivir tranquilo, con su sabiduría de párvulos?
Hasta otro día amigos.
Un abrazo.
Agustín
