jueves. 25.04.2024

El rey del mundo

Innumerables testimonios hablan de él y de sus fascinantes maravillas. No pocos aventureros de todos los tiempos , especialmente desde la Edad Media al siglo XX, han intentado dar con el rey del mundo y buscar su alianza. Más de una docena de escritores nos han hablado del tema, entre ellos, Ossendovsky, René Guénon, Nicolás Roerich. etc. que nos puede dar que pensar si ¿no habrán estado allí?

El rey del mundo
El rey del mundo

En las antiguas tradiciones budistas tibetanas, las enseñanzas hindúes y casi todo el Oriente, han hablado y siguen hablando de un reino inmortal invisible, luminoso y poblado por seres perfectos, un lugar semejante al paraíso y en cuyo trono  se sienta El Rey del Mundo. Se dice que existe en la Tierra, la cumbre del mundo, en los Himalayas. 

Innumerables testimonios hablan de él y de sus fascinantes maravillas. No pocos aventureros de todos los tiempos , especialmente desde la Edad Media al siglo XX, han intentado dar con él y buscar su alianza. Más de una docena de escritores nos han hablado del tema, entre ellos, Ossendovsky, René Guénon, Nicolás Roerich. etc. que nos puede dar que pensar si ¿no habrán estado allí?

Los budistas del Tíbet creen en un mundo oculto, con muchas ciudades y millones de habitantes. Ese mundo es Agharta ó Agharti, cuya capital es Shamballah ó Xambala. En ella reside el Jefe Supremo, el Maestro o Rey del Mundo. También creen los budistas tibetanos que su representante en la Tierra exterior es al Dalai Lama, quien recibiría sus mensajes a través de ciertos túneles que existen en el Tíbet.

Así mismo creen que en América viven en inmensas cuevas, los supervivientes de la Atlántida, estando unidas tales cuevas por una red de galerías, naturales en parte y en parte artificiales, con las de Asia. Todo este mundo subterráneo estaría iluminado por una luz verde, que ayudaría a la vida vegetal y prolongaría la humana.

Según Nicolás Roerich, que vivió entre 1874 y 1945, en una expedición que hizo al Tíbet y a Asia central, fue invitado a conocer el mundo subterráneo de Agharta en 1925, permaneciendo allí varios días. Según él, Shamballah, ciudad etérica, sería su capital y residencia del Rey del Mundo.

Según las tradiciones orientales, existe una comunidad de grandes sabios, llamados rishis o mahatmas (grandes almas), en un paraíso de ciencia mística, escondido en algún misterioso lugar al norte del Tíbet, entre los macizos de Altin-Tag y Kum-Lum, Altai en Mongolia, Tsaidan y China, esto  es, un lugar secreto del desierto del Gobi. Ese sería el centro supremo…

René Guénon, en su libro El Rey del Mundo, dice que Agharta está bajo tierra, en las profundidades de los Himalayas.

Según Ferdinand Ossendovsky, se dice que Agharta fue fundada hace seis mil años, y el pueblo que la habita ha alcanzado el saber supremo…Si nuestra insensata humanidad iniciase una guerra contra ellos, serían capaces de hacer saltar por los aires la superficie del planeta.

Cierto sacerdote ruso de nombre Tushegoun Lama, huido de la revolución bolchevique, al igual que Ossendouvsky, le refirió a éste algo de los mágicos poderes de los sacerdotes del Tíbet y del Dalai Lama en particular. Pero-añadió- “hay otro hombre más santo y más poderoso… el Rey del Mundo, de Agharta”. Y siguió, solo un hombre conoce su nombre santo; un hombre ahora vivo estuvo una vez en Agharta. Ese hombre soy yo.

Un supuesto visitante de Agharta dijo: “Tiene miles de años, pero parece un joven de dieciséis, hermoso y excepcionalmente desarrollado. Sin embargo de sus ojos brota una luz de amor, sabiduría y poder infinitos, que nada tiene que de juvenil. Es ligeramente más alto y corpulento que el hombre medio, pero no hay ninguna diferencia importante en cuanto a raza”.

En otro momento Roerich dijo: “La luz de la torre de Shamballah resplandece como un diamante. Allí esta él, Rydgen-Jyepo, infatigable, vigilando siempre la causa de la humanidad. Sus ojos nunca se cierran y en su espejo mágico, (quizá una televisión) ve todos los acontecimientos de la Tierra. Y el poder de su pensamiento penetra tierras lejanas. Para él no existe la distancia: al instante puede ayudar a quienes lo merecen. Su poderosa luz puede descubrir toda obscuridad. Sus inmensas riquezas están listas  para ayudar a cuantos necesitados se ofrezcan para el servicio de la causa verdadera.

Pero, ¿existe realmente esa figura, ese “antiguo”, al que se conoce como Rey del Mundo? ¿Quién puede ser ese personaje único, “Guía y Luz de la Tierra”?

Mucho hay escrito sobre el tema, luego cada cual…

Hasta otro día amigos.

Un abrazo.

Agustín.

El rey del mundo