viernes. 26.04.2024
COSINAS DE LA NUESTRA SIERRA

Hidroeléctrica de La Cervigona. Un enclave privilegiado

Se encuentra en muy mal estado el edificio de la conocida como “Fábrica de la Luz de la Cervigona”. Necesitaría una reconstrucción del edificio y maquinaria siguiendo las trazas originales o, como mal menor, recuperar la maquinaria para exponerla en sitios públicos. Un monumento con los restos sería el mejor homenaje a sus promotores

 

Jaělama dorada
Jaělama dorada

Se encontra la minicentral eléctrica situada en pleno corazón de la zona ecológica de la Cervigona -continúo leyendo don Silvestre Paraqué-, un bello paraje serragatino que tocó en suerte al lugar del Acebo (Cáceres), al este de la mítica montaña de Jálama (1.492 m.a), mágica esta desde antiguo como Sálama y Xálima para las tribus indoeuropeas, entre ellas las de los celtas vetones. Venero de manantiales de agua fría y cristalina, cuerpo de mineral y, como le gusta repetir al escritor José Manuel Rivas, Jálama fervor dorado más por la posición del sol, en ciertas épocas del año, que por el invisible oro de las leyendas moras.

- Conoces a José Manuel Rivas.

- Viene mucho por aquí.

-  Leí algo de él. “El recetario de Napoleón”. Curioso libro ese.

-  Una forma de ver la historia a través de las recetas de la orden de Alcántara y de la Francia bonapartista.

- En cierta ocasión me comentó que por el mes de diciembre, en el solsticio de invierno, el sol vuelve de un color dorado la ladera de Jálama.

Tal vez porque José Manuel Rivas intuyó, como lo hicieran posiblemente antes otros, que el verdadero valor del oro que oculta Jálama no es el oro de minas, ni tan siquiera el oro y plata que escondieran los musulmanes en su precipitada huida frente al avance leonés, y sí lo es ese oro solar que anuncia la auténtica riqueza de esta tierra. El fervor del sol que hace crecer los huertos de azahar y naranjos y ayuda al surgir del aceite, juntos rayos dorados y oro líquido de la nuestra tierra. Este es el sol que quiere alumbrar y calentar los hogares, en un sostenible fluir, a través de la tecnología de las renovables. Está delante de nuestros ojos y no lo vimos, mientras Jálama enrojece, año tras año, por nuestra torpeza. Sálama, agua y sol, sol y agua. Porque Jálama, en primavera y verano, es del sol, y es para la nieve, el viento y el agua en las largas estaciones del otoño y del invierno. Salamaie. Deo Salamati rezan las inscripciones de las aras encontradas en las cercanías de Villamiel y San Martín de Trevejo, así como en otras de Ceclavín y Trujillo. Monte de agua y torrentes. Energía solar y energía hidráulica, dos componentes que no supimos combinar. De aquellos barros nos llegan estos lodos

Con la absorción de la minicentral hidroeléctrica de la Cervigona en Acebo y de la minicentral hidroeléctrica de Robledillo de Gata, por la Sociedad Iberduero, terminó esta bella historia de abastecimiento de energía eléctrica a los pueblos de Acebo, Hoyos, Cilleros, Descargamaría, Eljas, Perales del Puerto, Robledillo de Gata, San Martín de Trevejo, Valverde del Fresno, Villamiel y Villasbuenas de Gata.

Es muy posible que, con las nuevas tecnologías, pudiera seguir suministrando la suficiente cantidad eléctrica, sino a la totalidad de los pueblos, al menos a algunos de ellos. se encuentra en muy mal estado el edificio de la conocida como “Fábrica de la Luz de la Cervigona”, que perteneciera a la Hidroeléctrica de la Cervigona SL (1911-1985). Necesitaría una reconstrucción del edificio y maquinaria siguiendo las trazas originales o, como mal menor, recuperar la maquinaria para exponerla en sitios públicos. Un monumento con los restos sería el mejor homenaje a sus promotores.¿O es esto mismo lo que se quiso evitar con la absorción de estas pequeñas fábricas de luz por parte del monopolio Iberduero?. Es seguro que no interesa. No porque sea improductivo para los vecinos y vecinas serragatinos, sino porque no es lo suficientemente productivo para ellos. Comprar para destruir y así evitar la competencia, ese es el lema.

Ahora podemos afirmar que

La maquinaria abandonada ha sido saqueada, amen de la desaparición de pequeñas piezas para recuerdo de visitantes. En la Plaza de Villamiel, tras la iglesia, destaca el palacio notable y popularmente llamado de Las Guillenas, en su bodega, amén del néctar, se exhibe un arcaico teléfono cuya magneto zumbó en la central hidroeléctrica de la Cervigona.

La existencia todavía de los restos de la construcción de la presa y la desviación del manantial de agua, justo en las cabezas de la Cervigona, así como de la construcción del acueducto y la fábrica de luz mantiene encendida la polémica sobre el daño ecológico que, estas industrias, realizan en estas zonas de alto valor natural, donde todavía anida el águila y el arbustivo autóctono nos dan lecciones de supervivencia y autonomía. Es cierto que, si no existe un caudal ecológico, ciertas zonas quedan desecadas. Se debe proceder inmediatamente a la recuperación de las zonas deterioradas sobre todo por la fase de construcción y transporte de la maquinaria pesada, como aquí se hizo para un impacto ecológico prácticamente nulo.

- ¿Sabe usted de dónde viene el nombre de La Cervigona, don Silvestre?.

- Muchos topónimos proceden de nombres y apellidos. Eso podría ocurrir con el apellido Cervigón.

- Por aquí se comentó el otro día que significa “refugio del ciervo”, por la unión de las dos palabras de procedencia latina cervi-gonna.

- No estoy seguro. Todo puede ser. El indoeuropeo “Ker” (cer), tiene como significado cabeza, cabra, cuerno y, es cierto, que cervus/cervum es ciervo. También podríamos entenderlo como la unión del significado “cabeza” o “cuello” con la palabra celta “gona”, que significa “falda” y este extensivo a “ladera”.

- ¿Me está usted diciendo que “Cervi-gona” podría referirse a “Cabeza de la falda”, “Cabeza de la ladera” o “Cabeza de la garganta”, estaría señalando el principio de la ladera o de la falda de la montaña?. Es genial. Tiene sentido. De ahí vendría la expresión “Cabeza de la Cervigona”.

- Lo que no deja de ser una redundancia.

- También dije “cuello”. Si el significado fuese “cuello de la ladera” o, dicho como, “garganta de la ladera”, no habría tal.

- En Oviedo hay una empresa de cosmética que se llama La Cervigona SL.

- Si también hay una playa del Cervigón.

- Es increíble la relación toponímica con Asturias.

- Mucho más de lo que tu te cres, mucho más.

También es cierto que existe ahora en ese mismo paraje, río abajo, (en lo que algunos llaman curiosamente “cola de la Cervigona”, esto es “final del paraje de la Cervigona”), una gran presa para abastecimiento de agua potable, sobre el denominado Prado de la Monja. Asegurada su capacidad para almacenar agua potable para el consumo de todo el año, podría servir para otros menesteres, como el riego de los campos y la producción eléctrica autónoma para la zona de Sierra de Gata. Así lo es o debería serlo el pantano de Borbollón, por poner otro ejemplo cercano. Es sabido por todos que los campos que son regados por esta gran presa, han generado zonas de gran prosperidad económica y han conseguido estabilizar un interesante padrón poblacional en los pueblos a los que abastece.

Algo que no ha ocurrido con el desbroce realizado para la construcción de una vía municipal de tres metros de anchura, desde la minicentral hidroeléctrica de la Cervigona hasta el principio de la cascada, poniendo el riesgo el plan de recuperación del lince ibérico en uno de los parajes de mayor biodiversidad ornitológica de toda la Sierra de Gata y de mayor sensibilidad ecológica, según la Sociedad Zoológica de Extremadura.  La Cervigona es un Lugar de Importancia Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), según la ley de Conservación de la Naturaleza y Espacios Naturales de Extremadura.  

El caudal del río Cervigona, (algunos autores lo denominan río y rivera de Acebo y rivera de Jálama), es muy irregular calculándose 50 litros por segundo, siendo la mitad proveniente de su tramo alto. En épocas de lluvia torrencial ha llegado a llevar un gran caudal facilitado por las tormentas y un suelo poco permeable, que favorece las escorrentías, causando daños en las fincas limítrofes. Es tal su caudal, en época de invierno, que llegó a derribar la gran grúa y arrastrar los pesados grupos electrógenos, colocados en su cauce para la construcción del embalse que mencionamos. La superficie de la cuenca es de 984 ha, con una aportación media de agua de 7 hm3. La presa del Prado de la Monja asegura un caudal ecológico de 25 litros por segundo, incluso en momentos de sequía, evitando así la desecación de las zonas aguas abajo que se unen, a las que vierten durante todo el año, el regato Pedrero y el regato del Linar, por nombrar algunos.

Podemos decir que Acebo es un pueblo que, predominando en su término los arroyos, regatos y fuentes, ha sabido gestionar solidariamente el agua de sus ríos como recurso económico a lo largo de los siglos. Si nos atenemos a los documentos del interrogatorio del Catastro de Ensenada (1753) las alusiones a la existencia de molinos de aceite y harina son continuas. Esto se repite en el Diccionario de Pascual Madoz (1845-1850), que además de la fábrica de luz La Cervigona dice que hay seis molinos de aceite y seis molinos harineros en el río Acebo. El Diccionario de 1956 todavía alude a que las piedras de los molinos se mueven por el impulso del agua de estos dos ríos: “está la fábrica de electricidad La Cervigona, dos fábricas de gaseosas, un molino harinero y cinco aceiteros”. Es lógico que los tres documentos nos hablen de la existencia de huertas en las riberas de ellos y de sus arroyos. Es el riego de árboles, (naranjos, frutales) y hortalizas con su agua, mediante presas artesanales, como también lo son las menciones a la existencia de diferentes variedades de peces y truchas.

Actualmente Acebo, mediante la presa del Prado de la Monja, asegura el abastecimiento de agua potable a varios pueblos serragatinos y pone a disposición libre el uso del agua, como espacio de ocio, en varias piscinas naturales para baños, así como edificios dedicados a la restauración. También son famosas sus fuentes naturales, hasta las que se acercan, con sus vehículos, vecinos de los pueblos colindantes para recoger algunos litros de este preciado y cristalino líquido. Así lo es ahora como antaño lo fuese el agua que movió las turbinas de la minicentral hidroeléctrica de la Cervigona.

Foto. Jálama dorada.

Hidroeléctrica de La Cervigona. Un enclave privilegiado