El tiempo, que supo guardar las letras de las armónicas noticias, nos devuelve lo escrito para hacer grande al medio que los publicó. “Escribir por estas tierras es como llorar”, decía Jesús Alviz, parafraseando a José de Larra que dejó escrito, en “Horas de invierno”: "Escribir en Madrid es llorar, es buscar voz sin encontrarla, como en una pesadilla abrumadora y violenta". Escribir, se escriba donde se escriba, es llorar. Dirigir, editar y publicar un periódico puede volverse, en poco tiempo, de ilusión a pesadilla. ¡Qué lástima!.
Un personaje que trata de ganarse a los poderosos con frases ocurrentes. Un aguador principal de la fiesta que se enamora perdidamente de los trabajadores y la clase media. Un aguador catalán que sólo se excita en público por la independencia. Un espermatozoide aterrado ante la inminente salida al mundo exterior. Unos aguadores especialistas en monólogos