lunes. 06.05.2024

94. Reflexiones VII

En los crepúsculos uno reflexiona sobre si mismo; al amanecer uno reflexiona sobre los demás. La introspección de noche y la extroversión de día. Eso es algo consustancial con el ser humano

Reflexiones
Reflexiones

No hace mucho tiempo, en esas conversaciones que se alargan hasta altas horas de la madrugada, un amigo me dejó la siguiente reflexión desde las estrellas.

En los crepúsculos uno reflexiona sobre si mismo; al amanecer uno reflexiona sobre los demás. La introspección de noche y la extroversión de día. Eso es algo consustancial con el ser humano.

El ser coherente implica ser capaz de establecer un puente entre el día y la noche, ser capaz de unir los devaneos nocturnos de la mente con las disertaciones diurnas basadas en lo que haré en relación con los demás.

Los hombres primitivos actuaban movidos por condiciones de supervivencia: comida, sexualidad, miedo a la muerte… El amor en esos seres humanos se asimilaba al sentimiento maternal en la mujer y en el hombre al de la hembra más prolífica. Con el paso del tiempo, el amor y el miedo a la muerte y a la enfermedad ocuparon todo su horizonte.

Luego surgió el poder, el prestigio, la capacidad de mando, el disponer de vidas y haciendas (la guerra como medio para alcanzar poder, honor y riquezas) y así poco a poco, el ser humano el ser humano ha alcanzado cotas de su mente que le han llevado a construir escalas de valores absolutamente demenciales y que en muchos sentidos se asemejan el comportamiento de las hombres primitivos.

Pero siempre ha habido minorías que han provocado cambios cualitativos en las sociedades.

La savia nueva que asciende desde la raíz hasta las ramas, es la vida que mana desde la madre tierra y que intenta que el axioma: “como es arriba, es abajo”, se cumpla y, de hecho, la estructura espacial de las raíces en muy similar a la de las ramas, como si fueran una imagen reflejada.

De lo profundo y oculto hasta lo externo, hay un puente que los une: el tronco y así entre lo oculto (la noche) y lo externo (el día) siempre hay canales de comunicación y sostén.

El que no sepa que se mantiene en pié y se nutre de lo oculto (su interior), está destinado a caer a poco que sople el viento de las circunstancias adversas (lo exterior).

Hasta otro día amigos.

Un abrazo.

Agustín.  

94. Reflexiones VII