Como decía en el artículo de la semana pasada, solo podemos recibir información, de como máximo 2 subplanos por encima del que nos encontramos, simplemente por afinidad vibratoria mental.
Es decir, nosotros 4.3, solo podremos recibir información directa de como máximo hombres 4.5.
Y ¿por qué repito esto? Pues para aclarar que la información que se tiene de la quinta dimensión y superiores es muy escasa.
Y llegamos así al siguiente gran escalón evolutivo, LA QUINTA DIMENSION o DIMENSIÓN ENERGÉTICA. En esta dimensión se encuentran seres, que una vez han aprendido y experimentado “todo” sobre la materia, ya no la necesitan. Por lo que se dice que han salido de lo que en las filosofías orientales llaman la rueda de las reencarnaciones.
No se sabe a ciencia cierta si tienen un periodo de “vida” determinado, pero todo hace pensar que no, que con el paso del tiempo van aumentando su nivel evolutivo, sin necesidad de cambiar el soporte.
Al no tener cuerpo físico, su energía es tan elevada que no pueden “tocar” la materia y habitan en soles.
Los primeros peldaños desde el 5.1 al 5.4, tienen la función de energetizar sistemas planetarios, sobre todo en lo que se refiere a los elementos vitales para el desarrollo de la vida física en las dimensiones anteriores, como son el agua, el aire etc …
Los seres que tienen escalón 5.5, 5.6 y 5.7 son los encargados de emitir una energía vital que unida a algunos gases nobles, a lo que ya he hecho referencia al hablar del cuerpo energético, conforman la energía astral que sustenta el cuerpo astral de los seres con cuerpo físico.
Como decía antes, la información disponible no es muy amplía, pero estos apuntes nos pueden ayudar a comprender cómo está estructurada la manifestación del Cosmos y cómo se interrelacionan unos peldaños con otros.
A estos seres de quinta dimensión se les conoce como Logos Planetarios, por lo antes expuesto de que vitalizan energéticamente sistemas de planetas.
El siguiente gran escalón es la SEXTA DIMENSION o DIMENSIÓN MENTAL. En esta etapa evolutiva están lo que se conoce como Arquitectos del Cosmos. Por analogía con nuestros arquitectos, pero a un nivel infinitamente más amplío, son los encargados de estructurar hasta el “más mínimo detalle”, hasta lo más insignificante e impensable para nosotros, de todas las manifestaciones físicas, astrales y mentales de esa energía que llamamos Dios.
En las etapas iniciales desde el 6.1 hasta el 6.4 se encargan de regular mentalmente el desarrollo del programa cósmico de evolución, correspondiente a las dimensiones anteriores a ellos. Las etapas 6.5, 6.6 y 6.7 se ubican en el núcleo central de Sistemas de Soles. Son los encargados de estructurar en todos sus aspectos galaxias enteras. Son los conocidos como Logos Solares, pues de ellos dependen los soles que integran la Galaxia. Toda manifestación de vida, su orden, su ecología quedan bajo su responsabilidad.
Cuando se integran en la Séptima Dimensión, la pequeña diferencia que existe entre su “personalidad” interna y externa desaparece, pasando a ser una sola cosa, Espíritu.
Llegamos así a la última etapa en el camino de la evolución hacia el Creador, a la SÉPTIMA DIMENSIÓN o DIMENSIÓN ESPIRITUAL, en ella se integran los llamados Logos Galácticos o Divinidades. No confundirlos con Dios, pues aún no lo son, aunque sean su primera manifestación.
Estos seres han integrado en sí mismos toda la Creación manifestada y son los responsables espirituales de grupos de galaxias.
Entre ellos se encuentra el Espíritu Crístico, que tanta influencia ha tenido en la Tierra durante los últimos 4.000 años, pues encarnó en hombres de elevada evolución espiritual. Krishna, Buda, Jesucristo… haciendo válido aquello de: “el verbo se hizo carne”; es decir, el verbo, la palabra, el logos, encarnó en los mencionados avatares.
Estos seres son la primera manifestación de Dios, por lo que son conocidos como hijos de Dios. Pero evidentemente todo ser dotado de Espíritu Individualizado, es hijo de Dios.
Con ser la última escala de la evolución, estos seres aún no son Dios, ya que son una manifestación suya.
Por tanto, podríamos decir que Dios es la manifestación de todo lo creado, visible e invisible y que está por encima de la séptima dimensión y la podríamos llamar OCTAVA DIMENSIÓN, pues las engloba a todas. Pero no la podemos ubicar en un lugar concreto, está en todas partes y es todo lo manifestado y lo no manifestado.
Al ser TODO, lo conoce TODO y es TODO.
Ahora ya conocemos nuestro destino, la integración consciente en el TODO, en la Octava Dimensión, el llegar a ser creadores.
Pero claro, no vamos a llegar mañana. Nos quedan por delante millones de años de aprendizaje, miles y miles de vidas. Miles y miles de experiencias físicas, energéticas, mentales y espirituales.
Este destino está impreso en cada una de nuestras células, en cada vibración de nuestra mente y de nuestro espíritu.
Este es el sentido de la religión, re-ligarse, la necesidad de volver al origen, del cual un día partimos como chispa divina, al empezar nuestra andadura como seres conscientes dotados de libre albedrío.
Hasta otro día amigos y paciencia.
Un abrazo.
Agustín.
